Siempre habrá tormentas

José Luis Restán reflexiona sobre la opinión de un vaticanista de la situación de la iglesia

José Luis Restán

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Se ha vuelto habitual en ciertos medios decir que la Iglesia vive hoy bajo una tormenta como nunca en los últimos tiempos. Eso es lo que rebate en un chispeante artículo publicado en la revista italiana Il Regno el vaticanista Luigi Accattoli que, a sus ochenta años, ha sido testigo de los principales episodios de la historia reciente de la Iglesia. Accattoli comienza su repaso con la Humanae Vitae de Pablo VI y la tremenda contestación que provocó, episcopados incluidos. Entre otros muchos momentos de tensión interna, recuerda las polémicas en torno al Catecismo holandés y a la Teología de la Liberación, con manifiestos de cientos de teólogos contra Juan Pablo II publicados en las principales cabeceras de la prensa europea.

Muchos afirman que los ataques que sufre Francisco son un hecho nuevo en la historia. Accattoli lo desmiente con hechos. Recuerda el fuego graneado que sufrió Benedicto XVI, no desde fuera precisamente, por ejemplo, tras la suspensión de las excomuniones a los obispos ordenados por Monseñor Lefebvre. Y añade muchos más casos para los que no tengo tiempo en este comentario.

“Siempre hubo tormenta en la Iglesia y siempre la habrá”, escribe este hombre con las suelas desgastadas por los pasillos vaticanos que, en su ancianidad, se aferra al corazón de la Iglesia: a su anuncio del Evangelio, a los sacramentos, a la santidad de tantos fieles, al genio de la caridad que ella suscita en cada nueva frontera de lo humano. Concuerdo totalmente con su perspectiva. Siempre habrá tormentas en la Iglesia, no deberíamos asustarnos más de la cuenta. La cuestión es si la amamos por lo que es y por lo que nos da. El modo de no ser arrastrados por la riada es mirar más a la santidad que crece siempre en su campo que al granizo que parece devastarlo. Afortunadamente ese campo es del Señor, y Él lo sigue arando.

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