Sólo Dios da solidez y belleza a todo

José Luis Restán reflexiona sobre el significado de santiguarse

José Luis Restán

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Un amigo sacerdote dice con frecuencia que ya los únicos que se santiguan en público son los futbolistas y los toreros. Para gran parte de la sociedad este gesto primigenio de la tradición cristiana se ha vuelto extraño e incomprendido, hasta llegar a pensar que se trata de una forma de superstición, de un modo de invocar a la buena suerte. Empecemos por ahí antes de tanto aspaviento. ¿Cuántas veces hemos oído a los catequistas contar que los niños llegan sin saber hacer la señal de la cruz? Pero no sacamos conclusiones. El hecho es que un hombre del deporte, uno que está en la cresta de la ola, ha dejado pasmado a medio mundo porque se santigua antes de empezar su trabajo. Me refiero al seleccionador nacional de fútbol, Luis de la Fuente.

Además, con una sencillez que desarma, ante cámaras y micrófonos, ha aclarado que santiguarse no tiene nada que ver con una de tantas supersticiones como botar sobre el pie izquierdo, tocar la hierba del campo o el borde la mesa. No, este es un gesto de fe. ¡Fe! Y la gente, de pronto, se ha parado y ha entendido con sorpresa que un hombre de fama y de éxito profesa eso que hoy parece tan raro y que se llama fe, y además lo manifiesta en público, y además está dispuesto a dar razón de su fe y de su esperanza, como decía el apóstol.

No creo que Luis de la Fuente haya ido a un cursillo de evangelización (de tantos al uso) pero nos ha dado una lección a todos: ha explicado que la fe tiene que ver con el sentido de la vida, y que él ha experimentado que sin Dios la vida ni se aclara ni se disfruta. Bueno, esto último lo digo yo, pero seguro que está de acuerdo conmigo. Cuando Luis se santigua no pretende algo tan ridículo como que Dios haga ganar a su equipo. De eso se encarga él, entrenando de maravilla a sus jugadores. Lo hace para expresar su conciencia de que sólo Dios da solidez y belleza a todo en nuestra vida. Ojalá ganemos el domingo, Luis. En cualquier caso, muchas gracias.