El Corazón de Cristo, respuesta para un mundo herido
Escucha la Firma de José Luis Restán del miércoles 11 de junio

Escucha la Firma de José Luis Restán del miércoles 11 de junio
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En un mundo donde la brevedad y la simplificación son un dogma, puede parecer excesivo que yo recomiende escuchar una ponencia de una hora, pero lo voy a hacer. Es la que pronunció el pasado domingo el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, en la clausura del Congreso sobre “El Corazón de Jesús, esperanza del mundo”.
Siguiendo la encíclica “Dilexit Nos” del Papa Francisco, y al hilo de las primeras palabras de León XIV, “¡Esta es la hora del amor!”, monseñor Argüello despliega un verdadero programa para el camino de la Iglesia en este tiempo. Un tiempo bello, dice el arzobispo vallisoletano, porque el hombre se ha puesto en pie consciente de su dignidad, pero un tiempo dramático, porque ese hombre ha cortado el vínculo con su fundamento, que no es otro que el amor de Dios manifestado en el corazón humano y divino de Cristo. Por eso la persona ha sido reducida a individuo que sólo encuentra su sostén el poder; por eso el deseo, artificialmente excitado por el consumismo, languidece o se desenfoca. Sólo el Señor, el Dios hecho hombre que se entrega por nosotros, puede curar esa herida, puede avivar el deseo y regenerar los vínculos. “¡Es posible un milagro social!, proclamó monseñor Argüello citando a Francisco. El mundo puede cambiar desde el Corazón de Cristo”, que como Iglesia estamos llamados a ofrecer.
Sería inútil intentar resumir la riqueza de esta intervención vibrante. Me quedo con la necesidad de una Iglesia marcada por la comunión, conmovida por la necesidad del mundo en el que está inserta. Una Iglesia que no se refugie en sus cenáculos ni busque recuperar el poder pensando que, desde ahí, podrá realizar su misión. Una Iglesia hospital de campaña, tienda del encuentro, una Iglesia que anuncia sin miedo la verdad sobre el hombre y sobre el cosmos, y que así favorece una convivencia en paz, en justicia y libertad. Ojalá que exista un sujeto eclesial disponible para encarnar ese Programa 2033 que Argüello ha trazado en la perspectiva del futuro Jubileo de la Redención.