Un Corazón humano y divino

Escucha la Firma de José Luis Restán del martes 22 de octubre

José Luis Restán

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El próximo jueves se publicará la cuarta carta encíclica del Papa Francisco. El título, ya anunciado es Dilexit nos (Él nos ha amado), y tratará “sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo”. Francisco había anunciado ya en junio que preparaba un texto que sirviera para proponer algunos aspectos del amor del Señor que iluminen el camino de la renovación eclesial, pero también que dijeran algo significativo a un mundo que parece haber perdido el corazón. Y anunció que ese documento recogería las preciosas reflexiones de textos magisteriales anteriores y de una larga historia que se remonta a las Sagradas Escrituras, para proponer nuevamente, a toda la Iglesia, el culto al Sagrado Corazón, lleno de belleza espiritual.

Ahora sabemos que este documento tendrá el máximo rango de un texto papal, el de una encíclica. Es necesario que todos entendamos que este es un hecho magisterial del máximo relieve. En medio de la situación de nuestro mundo, marcado por guerras, injusticias, degradación de las instituciones, populismos agresivos y pérdida de las raíces espirituales de muchos pueblos, el Sucesor del Apóstol Pedro nos invita a poner la mirada en el Corazón de Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre. No es un capricho personal. Pío XII dedicó a este tema su encíclica Haurietis aquas, diciendo que “el costado traspasado del Redentor es el manantial al que debemos acudir para alcanzar el verdadero conocimiento de Jesucristo y experimentar más a fondo su amor”. Y Juan Pablo II afirmó que “junto al Corazón de Cristo, el corazón humano aprende a conocer el auténtico sentido de la vida”, y llamaba a “edificar la civilización del Corazón de Cristo sobre las ruinas acumuladas por el odio y la violencia”. En medio del barullo y del vocerío, de las imágenes de todo tipo que se amontonan, esperemos esta palabra de autoridad que el Papa quiere dirigir a toda la Iglesia. Con toda seguridad nos ayudará a situarnos mejor ante las circunstancias que nos toca vivir.