Hoy hemos conocido oficialmente que será canonizado Carlo Acutis, un adolescente italiano fallecido con solo 15 años en 2006 a causa de una leucemia fulminante, cuya fama de santidad ha corrido por el mundo derribando barreras. Incluso The New York Times se sorprendido ante su figura y se ha hecho eco de la noticia de su canonización.

Nadie mejor que su madre, Antonia, puede relatar la trama profunda de su vida, la extraña “normalidad" de Carlo, cuyo centro era la Eucaristía, su "autopista al cielo". De hecho, ella piensa que una parte de su misión es “ayudarnos a entender que tenemos lo esencial ante nuestros ojos, contamos con el don de la Iglesia a través de la cual recibimos la gracia que necesitamos para alcanzar la meta a la que todos estamos llamados, que es el cielo".

Es una gran sorpresa, Carlo habla a todos: a los jóvenes internautas, a los alejados de la fe, hasta al todopoderoso New York Times. Su reliquia siempre es recibida con gran entusiasmo y fervor, especialmente por la gente joven en cualquier lugar del mundo. "Carlo, dice su madre, tenía una pureza de corazón extraordinaria, llevaba a Dios dentro… se notaba que había algo dentro de él y creo que la gente todavía se le acerca por eso". El hecho es que Carlo cambiaba a las personas que encontraba, empezando por su propia madre, que era más bien fría respecto de la fe. Antonia pensaba que la Eucaristía era sólo un símbolo, pero cuando comprendió que en ella estaba realmente la presencia viva y real de Cristo, su vida cambió, y cambió siguiendo a su propio hijo Carlo, que misteriosamente se convirtió para ella en un “padre”.

Cada día, Antonia recibe noticias de presuntas curaciones, de ayudas inesperadas, de pequeñas cosas extraordinarias que, gracias a la intercesión de su hijo, muchas personas han obtenido. Es difícil imaginar lo que piensa y lo que siente una madre ante la noticia de que su hijo va a ser canonizado: ella lo ve como una señal del cielo, una señal de que ahora podrá realizar “una obra aún mayor de la que ya está realizando".