"Luchaban por el tesoro de su vida"

Escucha la firma de José Luis Restán del miércoles 18 de septiembre

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Iglesia de Nowa Huta en Cracovia

      
      
             
      

A finales de agosto pude visitar la iglesia de Nowa Huta, el barrio de Cracovia que los comunistas polacos diseñaron como proyecto piloto de una sociedad que no necesita a Dios. Era un proyecto audaz y pretencioso, sobre todo si se conoce la historia de Polonia. Era, sobre todo, un proyecto violento, como todos los que cualquier poder pretende llevar a cabo contra la conciencia y el sentimiento de un pueblo. Por entonces era arzobispo de Cracovia un jovencísimo Karol Wojtyla, al que los gerifaltes comunistas consideraban más maleable que el Primado Wyszynski. Trágico error, camaradas. Pero los protagonistas de la epopeya (no me apeo de este calificativo) fueron los obreros y sus familias, que desde el primero momento quisieron una iglesia en el centro de su nuevo barrio diseñado según los parámetros del socialismo real. Ellos se enfrentaron a las autoridades, perimetraron el terreno y plantaron una enorme cruz en medio, forjada con sus manos y sus herramientas. Y no olvidemos el riesgo personal que asumía cada uno al enfrentarse a un poder totalitario que pretendía controlar todos los aspectos de la vida.

No era una protesta vecinal contra la instalación de una gasolinera en el barrio, o para pedir equipamiento deportivo. Los vecinos de Nowa Huta luchaban por el significado de su vida, por el tesoro más precioso que tenían: la fe que abría su inteligencia y les hacía indomablemente libres. Y al frente de todos ellos, frente a los antidisturbios, se puso el arzobispo Wojtyla. Las negociaciones fueron extenuantes y requirieron un temple y una paciencia singulares, pero al final la iglesia se construyó. Hoy Nowa Huta es un barrio modesto y aseado donde sus pobladores ríen y lloran, trabajan y educan a sus hijos, descansan y se levantan. La iglesia no es para ellos un “equipamiento religioso” ni un edificio del pasado, es el centro de sus vidas. Yo sentí un enorme agradecimiento al rezar en ella.

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