José Luis Restán desgrana la lección de fe del misionero Pierluigi Macccalli
El italiano fue secuestrado en 2018 por un grupo yihadista en Niger
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La historia del misionero Pierluigi Macccalli ha resonado ya varias veces en COPE. En 2018 fue secuestrado por un grupo yihadista en Niger, y liberado dos años después. Este mes de septiembre ha pasado por España y la revista Mundo Negro ha publicado una deliciosa entrevista con él, que es toda una lección de vida. Dice que durante su cautiverio el desierto le hizo tres regalos: la comunión con muchísimas víctimas inocentes; el silencio, que te obliga a entrar en lo más profundo de ti mismo; y aprender a ir a lo esencial, que es la comunión con los otros y con Dios.
Durmiendo en el suelo y malcomiendo, llevado de acá para allá por sus captores, llegó a gritar a Dios “¿por qué me has abandonado?” Sin embargo, ahora entiende que ese tiempo ha sido más fecundo que muchos años de trabajo agotador. Ha entendido que la Misión es de Dios, y que aprender a mirar como Él es más importante que los proyectos (siempre necesarios).
Me llama la atención su observación sobre el ambiente europeo, una vez recobrada la libertad. Dice que hay demasiada violencia en las palabras, en el mundo de la política, del deporte, entre los jóvenes… Debemos desarmar el lenguaje porque, si no, no podremos desarmar el corazón. El P. Maccalli no quiere dar lecciones a nadie, pero sugiere que demos mucho espacio a la escucha, a la acogida, al encuentro. Lo que tenemos que hacer es humanizar nuestra vida: para eso es para lo que el propio Dios se ha hecho hombre. De eso trata la misión.