Perturbar la conciencia
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No es una exageración decir que las sociedades occidentales viven un momento de retroceso de la libertad real especialmente en el debate público, con procesos inquietantes como el llamado movimiento Wok, o de la cancelación. En Francia, país que ha presumido siempre de abanderar la libertad, también en el campo de la cultura, se ha producido un caso elocuente. La Autoridad de Regulación Audiovisual ha prohibido la difusión en contextos publicitarios de un videoclip titulado "Querida futura madre", en el que quince personas con síndrome de Down de diferentes países europeos hablan con una mujer embarazada de un niño con esta discapacidad, y le explican con sus propias palabras que ellos pueden llevar adelante una vida digna y feliz.
El vídeo, producido por la Fundación Jérôme Lejeune, sólo podrá emitirse dentro de un programa "enmarcado y contextualizado", que el espectador elija ver, porque según este organismo francés, que se ha visto sorprendentemente refrendado por una resolución del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, un espectador cualquiera no debería tener que afrontar el testimonio de la felicidad de esas personas con síndrome de Down, porque eso puede "perturbar su conciencia".
Lo que perturba bastante es un argumento tan absurdo de una institución que debe velar por el bien común. Como espectadores de innumerables mensajes publicitarios, nadie nos pregunta sobre los contenidos que contemplamos cada día en los diversos medios que, efectivamente, nos pueden gustar, perturbar o enfadar, y cada uno se forma libremente su opinión. Con decisiones como ésta, Europa se hace culturalmente más pobre, menos libre, y también más indefensa. En todo caso, aprovechemos para ver este hermoso video en YouTube, como han hecho ya más de ocho millones de personas. Y ojalá que nuestra conciencia se perturbe.