La comunicación instrumento para la comunión

El periodista y profesor Mario Alcudia reflexiona sobre cómo ejercer la comunicación ante una tragedia como la vivida en España esta semana 

Iglesia destruida DANA
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LA COMUNICACIÓN, INTRUMENTO PARA LA COMUNIÓN | FIRMA MARIO ALCUDIA

Redacción Religión

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El Papa ha recibido en audiencia esta semana a los miembros del Dicasterio de la Comunicación. A todos ellos les recordaba cómo los medios estamos llamados a una tarea grande y apasionante: la de construir puentes, la de favorecer la comunión, la de dejarse implicar en los dramas de nuestro tiempo.

Hablaba Francisco de una comunicación de corazón a corazón, dejándonos implicar por lo que es humano, herir por los dramas que viven tantos de nuestros hermanos y hermanas; una comunicación más allá de los eslóganes capaz de mantener el foco sobre los pobres, los últimos, los emigrantes o las víctimas de la guerra. Francisco se refería al identikit del buen comunicador basado en los principios de verdad, justicia y paz que hagan posible una comunicación apasionada, curiosa y competente, siempre dispuestos a propagar el Evangelio.

Pedía, además, atreverse a arriesgar más, a renunciar un poco a uno mismo para dejar espacio al otro y contar la realidad con honestidad y pasión según el estilo evangélico.

En esto los cristianos, decía Francisco, tenemos cierta experiencia; sabemos mirar a las muchas llamas de esperanza, las pequeñas y grandes historias de bien. Me van a permitir, como claro ejemplo de todo ello, reconocer el trabajo de los medios, muy especialmente COPE y todo este grupo, ÁBSIDE MEDIA, durante todos estos días. Había que contar sí la tragedia que estaba aconteciendo, ese sufrimiento y dolor de tantas personas; pero sabemos que hay que hacerlo con sensibilidad, caridad y corazón, como pide el Santo Padre, siendo cauce de comunicación entre familias y afectados. Están siendo horas de programación muy intensas; poniendo en contacto a las personas con sus familiares desparecidos y también ahora de, en todo lo posible, echar una mano, arrimar el hombro, demostrar ese mejor lado del ser humano que tanto nos reconforta.

Movidos por la esperanza y la fe, desde estos micrófonos seguiremos intentado poner en práctica eso que nos ha pedido el Papa: una comunicación convertida en instrumento para la comunión.

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