"Hoy sube el IVA y el gas, y no hay previsión de que Montero nos vaya a bajar un solo impuesto"

El cohete económico se está enfriando. Al menos si bajamos un poco a la tierra. La propaganda triunfalista del Gobierno en materia económica choca con la experiencia de cada españolito que no ha recuperado su poder adquisitivo y que a partir de hoy mismo va a sentir dolor de cartera en el supermercado. Poco dura la alegría en casa del contribuyente. 

Porque hoy sube el IVA que el Gobierno había bajado durante la espiral inflacionaria, y también sube el gas, y no hay previsión de que María Jesús Montero nos vaya a bajar un solo impuesto. Más bien amenaza con subírnoslos para pagar el cuponazo catalán que permitió a Salvador Illa acceder a su sillón de president.

Yo celebré la bajada del IVA en su día, porque la asfixia fiscal de los ciudadanos bien merecía ese alivio en plena escalada del IPC. Pero nunca entendí por qué el Gobierno no seguía la misma lógica con el IRPF, deflactándolo para que la gente llegara con más holgura a fin de mes cuando todos los precios estaban por las nubes. 

Bueno, miento: sí entendí por qué. Porque la obsesión recaudatoria de Montero es enfermiza, y porque pertenece al Gobierno más caro de la historia, y porque hay mucho enchufado al que pagar la nómina y mucha voluntad electoral de pensionista y de funcionario que comprar. El clientelismo es muy costoso, y Hacienda somos todos, ya se sabe. 

Los tiempos en que Zapatero decía que bajar impuestos es de izquierdas quedaron tan lejos como su conciencia"

Jorge Bustos

Copresentador de 'Mediodía COPE'

Los tiempos en que Zapatero decía que bajar impuestos es de izquierdas quedaron tan lejos como su conciencia, que hoy tiene su sede social en Caracas.

Pero además del incremento del IVA que vamos a notar desde hoy mismo al llenar la cesta de la compra, también está subiendo el índice de ahorro de las familias. Y este dato siempre es señal de desconfianza. 

El personal no se cree lo del cohete de Pedro, así que está juntando los ahorrillos por lo que pueda pasar. Esa actitud de desconfianza retrae el consumo y resta dinamismo al crecimiento y, por tanto, amenaza el empleo.

Yo no sé si en las alturas del Ibex y en las grandes empresas beneficiarias de los fondos europeos están tirando cohetes por los buenos datos macroeconómicos; supongo que sí. Pero sí sé que a ras de tierra, en la realidad cotidiana de la microeconomía, las familias españolas aún no se han recobrado de la vuelta al cole más cara de la historia y del crédito con el que quizá pagaron las vacaciones. 

Y si bajamos un peldaño más, de la clase media a la trabajadora, nos encontramos con que España es el país donde más aumentado el riesgo de pobreza y exclusión social de toda Europa.

No tengo a Carlos Cuerpo, el ministro de Economía, por un sectario. Confiemos en que no se le pegue demasiado pronto la personalidad tóxica de su jefe y se haga cargo de la situación real por la que atraviesa la mayoría de los ciudadanos de este país. 

El problema, claro, es que tampoco Cuerpo manda demasiado. Los presupuestos de España dependen de un malversador fugado al que no se le puede amnistiar. Como para tirar cohetes