"Se pasa el marrón de la deuda engordada a nuestros hijos para que Pedro y Begoña sigan viviendo en Moncloa"
Escucha el monólogo de Jorge Bustos del martes 25 de febrero
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El Papa ha pasado buena noche, según ha informado el Vaticano pasadas las ocho de esta mañana. Este parte vendría a confirmar la leve mejoría que se comunicó en la tarde de ayer. Francisco no ha sufrido crisis respiratorias desde el sábado y ha regresado a algunas de sus ocupaciones como leer, nombrar obispos o realizar su llamada cotidiana al párroco de Gaza. Su estado sigue siendo grave y el pronóstico reservado, pero podríamos estar ante el comienzo del principio de la recuperación, con toda la prudencia que exige un cuadro clínico tan complejo. Hoy el Papa afronta su duodécimo día de ingreso en la clínica Gemelli y en COPE seguimos muy pendientes de su evolución, aquí en Roma.
Pero te voy a contar dónde estoy exactamente. Porque no todos los días se puede hacer un programa de radio desde una sala presidida por una obra maestra de Gian Lorenzo Bernini. Me encuentro en el refectorio de la iglesia de Montserrat de los Españoles, y no se llama así por casualidad. Este es el templo nacional de España en Roma y tiene más de cinco siglos. Estos muros, que están cubiertos de obras de arte, cuentan muchas historias. Aquí está enterrado el Papa Alejandro VI, el valenciano Rodrigo Borgia, que fue un genio de la política renacentista, aunque no precisamente un modelo de castidad. Aquí también yace el primer embajador de la historia de la diplomacia, enviado por los Reyes Católicos ante la Santa Sede. Aquí fue enterrado el rey Alfonso XIII, que murió en el exilio romano tras la proclamación de la Segunda República, antes de que su cuerpo fuera devuelto a El Escorial. Y aquí se casó Sara Montiel, por seguir hablando de glorias nacionales. Y te hablaba de Bernini porque delante de mí tengo el busto de un abogado español que trabajaba en Roma, don Pedro Foix de Montoya. Un hombre de leyes que tuvo el olfato de detectar el talento de un joven escultor de 24 años que empezaba a despuntar: Gian Lorenzo Bernini.
Pero esta iglesia es mucho más que un ejemplo sublime del arte barroco y un panteón histórico: es también un centro de estudios, que custodia manuscritos y documentos de valor incalculable, y es sobre todo un centro de peregrinación desde los tiempos en que fue fundado como hospital. Y hoy sigue cumpliendo su función primigenia: sigue acogiendo a los españoles que vienen a Roma a estudiar o a ganar un jubileo como el de este año. Ayer mismo la nave de la iglesia estaba llena de malagueños, igual que el otro día vino una delegación de Sigüenza o una parroquia de Murcia. El rector don José Jaime Brosel, con el que luego hablaremos, no da abasto para atender la demanda espiritual de peregrinos españoles.
Y resulta muy oportuno que esta iglesia españolísima esté consagrada a la virgen más famosa de Cataluña: la Virgen de Montserrat. Porque ayer nos enteramos de que Esquerra, un partido que lucha para desgajar Cataluña de España, le ha arrancado la condonación de 17.000 millones a María Jesús Montero. Y para camuflar este gigantesco soborno del Gobierno a sus socios separatistas para que sostengan a Pedro, la ministra de Hacienda dice que extenderá la condonación a las comunidades que se lo pidan por un total de 80.000 millones. El que quiera ayuda que la pida dice el señor feudal.
El mensaje no puede ser más perverso. Hacienda somos todos, así que ahora todos cargaremos con la deuda de la Generalitat de Pujol, de Maragall, de Montilla, de Artur Mas y de Puigdemont. Se socializa el precio de la deslealtad al Estado. Se premia a los manirrotos y se castiga a los cumplidores. Se pasa el marrón de la deuda engordada a nuestros hijos, para que Pedro y Begoña sigan viviendo en Moncloa. Se le paga una campañita electoral a Montero en Andalucía. Se trocea la igualdad por el poder. Se traslada inseguridad jurídica a los mercados. Y sobre todo se intenta dividir a las comunidades del PP, para que piquen el cebo y entren al juego perverso de convertirlos a todos en separatistas catalanes. Cada cual preguntando qué hay de lo mío, y matando la solidaridad y el bien común. Los barones del PP ya han cerrado filas con Feijóo, y esperemos que se mantengan firmes en el rechazo a este caramelo envenenado cuando Sánchez lo use para excitar a los votantes contra sus presidentes autonómicos.
Mira, no sé qué quedará de España cuando este tipo abandone La Moncloa. Pero este templo romano que hoy acoge al equipo de Mediodía COPE es testigo, precisamente, de que España ha resistido desafíos de todo tipo en los últimos cinco siglos. Y desde luego ha sobrevivido a personajes bastante más relevantes que el tal Pedro Sánchez Pérez-Castejón".