

"Los separatistas no quieren que su catalanidad se contamine con gente de fuera y los socialistas convalidan ese discurso xenófobo para que Pedro siga en Moncloa"
Escucha el monólogo de Jorge Bustos del lunes 10 de marzo
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Hace una hora ha comenzado una reunión importante entre Fernando Clavijo y María Jesús Montero. O sea, entre el presidente de unas islas que se encuentran en una situación crítica, con sus recursos desbordados por el flujo incesante de migración irregular, y la vicepresidenta de un Gobierno que acaba de pactar con Junts que Cataluña sea declarada zona de exclusión migratoria. Zona exenta de solidaridad. Los separatistas no quieren que su catalanidad se contamine con gente de fuera, y los socialistas han decidido convalidarle a Puigdemont ese discurso xenófobo con tal de que Pedro siga en Moncloa. Sin principios ya, pero todavía con el poder.
Vamos a recordar que Cataluña, a pesar de la decadencia causada por el procés, sigue siendo una comunidad rica en comparación con el resto; y sobre todo en comparación con Canarias. De pequeñitos nos explicaron que el PSOE era partidario de la justicia social, y este sintagma (antaño al menos) significa que los que más tienen deben ser solidarios con los que menos tienen. Hay algunos socialistas clásicos que aún creen en este principio: en unos minutos vamos a tener en este programa al que más claro habla de todos ellos, que es el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. El único socialista que ha denunciado la naturaleza “racista” del pacto con Junts y el único por cierto que gana por mayoría absoluta. Ahora hablaremos con él.
Por desgracia el Gobierno gasta más energía en elevar muros y cavar zanjas que en construir puentes"
Copresentador de 'Mediodía COPE'
Pero como el sillón de Pedro depende de los votos de Junts y Esquerra, el Gobierno ha decidido aumentar los privilegios fiscales del rico, que es Cataluña, mediante una quita de deuda, y además exonerarle del deber de acoger y gastar en los pobres que lleguen de fuera. Claro, no hace falta ser un genio de la aritmética para saber que si sacas a Cataluña y al País Vasco de la ecuación solidaria, estás obligando al resto de autonomías a acoger en el futuro a todos los menores extranjeros que Cataluña y País Vasco ya no van a acoger. Y luego va Pedro y se pone criticar el discurso xenófobo de Vox. ¡Pero si es el mismo discurso contra los menas que hace su socio catalán!
Supongo que de todo esto estarán hablando ahora mismo o habrán hablado Clavijo y Montero. Pronto nos enteraremos. Pero la ministra de Hacienda debería ser consciente de su precariedad parlamentaria. Porque el pacto que salga de esa reunión, si sale, deberá ser sometido al voto del Parlamento tarde o temprano. Y si ese pacto exonera a Cataluña de su deber de acogida, el PP votará en contra; pero si incluye a Cataluña en el reparto de menores, entonces será Junts el que tumbe el decreto. ¿Y cuál es la solución? Pues la misma que para tantas otras cosas. Que Pedro aparque de una vez su soberbia, que cuente bien sus escaños y que negocie de una vez los asuntos de Estado con el PP en los términos legítimos que el PP establezca a cambio de su apoyo.
El presidente canario lleva meses denunciando la saturación que se vive en las islas. La solución no es sencilla, pero desde luego no consiste en encadenar parches y en lanzar trágalas a la oposición. Urge un pacto de Estado migratorio para asignar los recursos de forma equitativa, para combatir a las mafias que trafican en origen y para ejercer mayor presión en Europa para que se tome más en serio la frontera sur de España, que es la frontera sur de la Unión Europea.
Pero como diría García-Page, por desgracia el Gobierno gasta más energía en elevar muros y cavar zanjas que en construir puentes. El único puente que construye y restaura cada día es el que une al PSOE con los independentistas".