Ángel Correas: “Francia está fracturada, y con el centro derecha y el centro izquierda desaparecidos del mapa”

- 3 MIN

Bienvenido a Mediodía COPE. Los franceses van a tener Macron durante otros cinco años. Emmanuel Macron entra en el selecto grupo de los presidentes franceses que logran la reelección. Es el único que lo consigue en los últimos veinte años. Ninguno de los dos que le precedieron lo logró. Ni Sarkozy ni François Hollande. Va a ser su último mandato porque no podrá presentarse a un tercero ya que lo impide la Constitución de la república francesa. Entonces será el momento para comprobar si el partido que él mismo creó, la plataforma La República en marcha, puede sobrevivir a su líder.

Ya lo veremos pero de momento Macron ha ganado con claridad aunque menos sobrado que hace cinco años. Ha tenido el 58 % de los votos frente al 41 % de Marine Le Pen. Las diferencias se acortan después del primer mandato. En las anteriores Macron dobló a Le Pen. 66 % por 34 %. De 32 puntos ahora solo a 17, con el mejor resultado de la derecha populista en unas presidenciales francesas. Mucho mejor que su padre hace 20 años. La radiografía de los resultados deja una importante conclusión: la izquierda francesa ya no tiene el voto obrero.

La gran abstención es otra de las claves de estos comicios. Uno de cada tres franceses se quedó en casa. Estamos ante la mayor abstención en unas elecciones en el país vecino en los últimos 50 años y es sobre todo muy alta entre los jóvenes. Ni Macron ni Le Pen han movilizado a la juventud francesa.

¿Y ahora qué? Ojo con lo que pueda pasar en las elecciones legislativas de junio que muchos ven como una tercera vuelta. Solo quedan dos meses para renovar la Asamblea. Una victoria del ultraizquierdista Melenchón llevaría a Francia a una peligrosa cohabitación con Macron en la presidencia de la república y un primer ministro de extrema izquierda. Un matrimonio de conveniencia pero complicada convivencia. Y Macron lo sabe. Anoche nada más ganar admitió que el voto contra Le Pen le mantiene en el Elíseo.

Estas presidenciales francesas eran muy importantes para Europa en el contexto además de la guerra de Ucrania. Por eso hoy Bruselas y los gobiernos europeos respiran con una sensación de alivio. La victoria de un europeísta convencido como Macron envía señales de estabilidad frente a la incertidumbre de Marine Le Pen y el riesgo de un Frexit, el brexit a la francesa.

Las elecciones en Francia nos dejan también el hundimiento de los partidos tradicionales que habían gobernado el país hasta la llegada de Macron. El Partido Socialista y la derecha de Los Republicanos están al borde de la desaparición. Si unimos los populismos de izquierda y derecha suman más del 50 % pero la ley electoral está hecha a la medida para que en la segunda vuelta se pueda cerrar el paso a los extremismos y pueda gobernar la lista más votada. Francia está fracturada, partida en dos y con el centro derecha y el centro izquierda desaparecidos del mapa político.

Aquí, en España, el sistema electoral hace muy complicado que PSOE y PP se vean en la UCI como los socialistas y los republicanos franceses. Si no consiguen la mayoría están obligados a pactar como acabamos de ver en Castilla y León con la entrada de VOX en el gobierno.