Ángel Correas, sobre Pegasus: “El independentismo está señalando al azar porque no se sabe si hubo espionaje”

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Pegasus era el caballo alado de Zeus con el que el Dios griego controlaba el cielo y la tierra. Quizás por esta historia mitológica, Pegasus también se llama el sistema informático israelí que es capaz de controlar por cielo y tierra los movimientos y comunicaciones de los móviles que han sido infectados con él.

Y entre esos móviles podrían estar los de 60 independentistas catalanes según un informe de una universidad de Toronto, en Canadá. Esta noticia ha soliviantado a los partidos independentistas que ahora mismo piden responsabilidades y explicaciones de todo tipo. La presidenta del Parlamento catalán, Laura Borrás ha llegado pedir la dimisión de Pedro Sánchez y uno de los supuestos espiados, el presidente Catalán Pere Aragonés, no llega a tanto pero deja caer que si se quiere mantener a Esquerra como socio en el Congreso, alguna cabeza tiene que rodar por este asunto.

El caso es que el independentismo está señalando al azar porque no está claro el espionaje ni está claro quien lo pudo realizar, si es que fue así.

Las escuchas, los pinchazos telefónicos son algo habitual en toda investigación, ya sea de drogas, crímenes o seguridad nacional. Son muy habituales pero sólo se pueden realizar con una autorización judicial ya que afectan a un derecho fundamental como es la inviolabilidad de las comunicaciones.

Dicho esto, actualmente estas escuchas no se pueden hacer poniendo un vaso de cristal en la pared, ni hay sujetos con gabardina y sombrero empalmando cables en callejones oscuros. Estas escuchas se realizan con alta tecnología y con programas espía muy difíciles de detectar. Esto no está al alcance de cualquiera. Y de hecho el programa Pegasus, solo se vende o alquila a organismos oficiales y su lista de clientes es secreta.

Cualquier escucha las puede llevar a cabo la Policía, la Guardia Civil, los Mossos y la Ertzantza piediéndole permiso al juez de instrucción en cada caso. También las puede realizar el Centro Nacional de Inteligencia, EL CNI pero en este caso, el servicio de espionaje está controlado por un juez especifico del Supremo, especialmente designado para garantizar la legalidad de las escuchas. Esto además sirve para que se garantice algo fundamental, el Secreto de Estado, si se filtraran las actividades del CNI, ya no sería un servicio secreto, sería la TIA de Mortadelo y Filemón y habría que cerrarlo.

Hay una tercera posibilidad y es que se hayan realizado escuchas sin autorización judicial, lo que sería sumamente grave. Esta última posibilidad es a la que se agarran los independentistas catalanes en sus quejas. El gobierno excluye a la policía o la Guardia Civil de cualquier escucha y del CNI, poco puede decir porque es el servicio de inteligencia, por su propia naturaleza sus actuaciones son secretas, pero si que aseguran que cualquier actuación se ha realizado con respaldo judicial.

Esto no le vale a los socios del gobierno, piden la comparecencia de Sánchez, de Margarita Robles y de varios más, desde Moncloa buscan la fórmula para rebajar la tensión y esquivar el asunto.

Lo tiene complicado. Estamos en una democracia plena, vamos a pensar que si hubo pinchazo se hizo con autorización del magistrado, estaría justificado legalmente porque el CNI está para evitar amenazas a la seguridad del Estado y el independentismo ha supuesto el mayor desafío a la integridad de España en los últimos años. Con permiso del juez, esto sería legal, pero políticamente a ver cómo explicaría el gobierno a sus socios que hubo escuchas. Salida complicada la que tiene el gobierno de Pedro Sánchez.