Pilar García Muñiz: "Desde luego no se dan las mejores condiciones para emprender nuevos proyectos"

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Son sobrecogedoras las imágenes que llegan de Bucha, la ciudad ucraniana cercana a Kiev masacrada por las tropas rusas y que reflejan lo que es el horror de la guerra. Decenas y decenas de cadáveres de civiles en sus calles que se han descubierto tras la retirada de las tropas rusas. Una de las mayores masacres en Europa desde la II Guerra Mundial que va a ser investigada como crímenes de guerra.

Una guerra que dura ya 40 días y que está teniendo muchas consecuencias económicas como estamos viendo prácticamente desde que comenzó. El ejemplo lo tenemos en el precio de los carburantes y el gas.

De momento no ha tenido un impacto directo en el paro del mes de marzo que, sin embargo, sí se ha visto afectado por los paros del transporte.

El mes pasado el paro bajó en casi 3.000 personas. Es la cifra más baja para este mes desde 2008 (si excluimos lógicamente marzo de 2020, donde hubo una espectacular subida del paro debido al inicio de la pandemia). Seguimos liderando el paro en la UE con más de tres millones 100 mil personas.

Del lado de la afiliación, sí se registraron datos al alza con la creación de 140.232 empleos. Rozamos los 20 millones de afiliados pero sin nos fijamos en el dato desestacionalizado, quitando los efectos calendario, vemos que marzo nos dejó 24 mil afiliados más. El menor ritmo de crecimiento desde el fin del estado alarma. Son 6.000 empleos menos de los que había previsto el Gobierno.

Marzo es un mes tradicionalmente positivo para el empleo porque empiezan los contratos de la Semana Santa. De hecho, el sector que tira del carro de la contratación es el de servicios, vinculado al turismo o la hostelería porque en el resto de sectores (industria, construcción o agricultura) el paro ha subido. No han escapado a los efectos de dos acontecimientos que han confluido este mes: la Guerra de Ucrania y los paros en el sector del transportes

La consecuencia directa es que vemos un mes de marzo con dos velocidades. Hasta la primera mitad del mes se registró un fuerte crecimiento en la mayoría de los sectores y, sin embargo, a partir de la segunda mitad de marzo hay un frenazo en la contratación. Coincide con los efectos de la Invasión de Ucrania y sobre todo con el inicio de los paros de los camioneros. A partir de ahí, ya lo sabemos, algunas fábricas manufactureras pararon la actividad. Lo mismo ocurrió con la industria y con la construcción donde no llegaban las materias primas. Y a esto deberíamos sumar la escala de precios que ha rozado el 10% en el último mes.

Desde luego no son las mejores condiciones para que cualquier empresario se lance a emprender nuevos proyectos que aumenten la contratación. La verdad, es como para pensárselo con el inicio de año que llevamos. Falta confianza y eso se nota.

Además, hay que tener en cuenta que la recuperación tras la pandemia todavía no se ha consolidado, estamos en ello. De hecho, los datos de hoy nos indican que 80 mil personas siguen todavía en ERTEs vinculados al Covid, que ya han expirado como tal y que ahora pasan a estar protegido por el mecanismo RED.

Y se han firmado más de medio millón de contratos indefinidos en un mes, casi uno de cada tres. Es una cifra récord y responde a la entrada en vigor este año de la reforma laboral que lo que persigue es precisamente eso, acabar con la temporalidad.

Si sumamos los tres primeros meses del año vemos que la contratación indefinida creció un 130% más que en el mismo período del año anterior.

La reforma laboral obliga a las empresas hacer esos contratos indefinidos, la pregunta es si los van a mantener o si, pasado el tiempo, los van a liquidar pese a las indemnizaciones que implican.