Pilar García Muñiz: "Estamos ya a punto de despedirnos de uno de los símbolos de la pandemia, la mascarilla"
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Bienvenido a Mediodía COPE, en este Viernes Santo festivo en nuestro país, día de procesiones importantes en muchas ciudades y día que seguro muchos de vosotros vais aprovechar para ir a la playa, para hacer una visita turística a ese lugar que llevabais tiempo queriendo ir o igual habéis hecho una escapada al campo o aprovechais para ir a comer a algún lugar fuera.
Es lo que hemos hecho generalmente toda la vida en Semana Santa y es lo que por fin hemos podido volver a hacer en ésta, en la que solo la mascarilla nos recuerda que la pandemia sigue ahí mucho más controlada afortunadamente, pero es verdad que sigue ahí.
De hecho, afrontamos el último fin de semana en el que la mascarilla sigue siendo obligatoria en interiores en nuestro país. El martes que viene la norma decae, así lo aprobará el Consejo de Ministros y a partir del miércoles día 20 ya no tendremos que usarla en los interiores para alivio de muchos que ya no podían llevarla ni un solo día más y bueno, para resquemor de otros que creen que la medida se está tomando precipitadamente, que no pasa nada por seguir llevando la mascarilla algo más de tiempo. Es la opinión que comparten precisamente muchos epidemiólogos y virólogos.
Porque la verdad es que no se ha dado ninguna justificación para quitar la mascarilla ahora y no haberlo hecho hace 20 días o hacerlo más adelante en el mes de junio, por ejemplo. Esto de no justificar muchas cosas ni explicarlas es una constante del gobierno en esta pandemia.
Pero si es verdad que la retirada de la mascarilla es algo que ya estaban pidiendo algunas Comunidades Autónomas que se ha hecho en la mayor parte de los países europeos y además estamos en otra fase de la pandemia en la que, con un porcentaje tan alto de vacunación como tenemos en nuestro país, la gravedad de la situación ya no la marca el número de contagios sino la ocupación hospitalaria.
Y los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad es que ahora mismo solo hay 368 pacientes COVID en las UCIS de nuestros hospitales la cifra más baja desde agosto de 2020, desde el final de la primera ola. En la actualidad el 4,07% de las camas de cuidados intensivos están ocupados por pacientes con infección grave, estamos, por tanto, según la nueva estrategia del COVID, en riesgo bajo.
El caso es que a lo tonto hemos estado dos años con la mascarilla y eso que al principio de la pandemia Fernando Simón nos vendió aquello de que no eran necesarias. Pues menos mal, porque llevamos ya más de 700 días sin poder salir de casa sin ella.
Estamos en la cuenta atrás de la mascarilla en interiores ya no será obligatoria por ejemplo en los bares y restaurantes donde se había relajado ya su uso casi de forma natural. Claro, te la tienes que quitar para comer o beber, pero se da la situación absurda de que la tienes que poner cuando entras o cuando sales o cuando vas al cuarto de baño.
Pues ya solo será obligatoria en hospitales y centros de salud, en residencias, en el transporte público, también si te has contagiado de COVID.
Pero ya no tendrán que llevarla en los colegios y vamos a ver qué pasa en los centros de trabajo porque los servicios de prevención de riesgos laborales de cada empresa tienen competencias para decidir las medidas adecuadas para proteger la salud de los trabajadores. De modo que la empresa puede tomar la decisión de mantener la obligatoriedad de la mascarilla por las características de su plantilla o el tipo de trabajo que realizan.
El fin de la mascarilla obligatoria afecta a todos los espacios públicos como tiendas, supermercados, centros comerciales, cines, teatros, bares o restaurantes y aquí surgen algunas dudas, porque todos estos locales tienen derecho de admisión. ¿Pueden obligarnos a ponernos la mascarilla para entrar en ellos? Pues hay quien piensa que sí y hay quien dice que no, porque eso sería ir en contra de la ley.
Habrá que esperar a leer la letra pequeña del BOE porque todavía hay cuestiones que no están del todo claras. Pero el caso es que estamos ya a punto de despedirnos de uno de los símbolos de la pandemia, la mascarilla esa que nos ha protegido tanto y que ahora no sólo es noticia por su retirada, sino también por el negocio que algunos consiguieron hacer a su costa en el peor momento de la pandemia.