Pilar García Muñiz: "Fiestas, cocaína y prostíbulos a cuenta de un dinero para parados y cursos de formación"

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El Supremo ha confirmado la sentencia del caso de los ERE de Andalucía que en su día emitió la Audiencia Provincial de Sevilla. Con ello, también se ratifica la condena que se impuso a los ex presidentes socialistas andaluces, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, y a otros 17 acusados en este caso.

Chaves afronta 9 años de inhabilitación por prevaricación y Griñán, que se lleva la peor parte, 6 años de prisión por malversación y otros 15 de inhabilitación por prevaricación.

En la lista de condenados por los ERE, aparecen también otros nombres conocidos, como la ex ministra de Transportes Magdalena Álvarez, inhabilitada por 9 años, o Gaspar Zarrías, que llegó a ser secretario de Estado, también con Zapatero.

Todos ellos ven como sus condenas han sido ratificadas hoy por los jueces del Supremo con 3 votos a favor y dos en contra. Este es el fallo, la sentencia como tal no la conoceremos en profundidad hasta el mes de septiembre o incluso octubre.

Este caso de los ERE es uno de los mayores exponentes de la corrupción en España. Corrupción sistémica, estructurada desde organismos de gobierno de la Junta de Andalucía y que dilapidó 680 millones de euros que iban destinados a ayudas para parados o cursos de formación. Es la definición de un escándalo.

¿Qué es el caso ERE? Básicamente es la creación de un sistema ilegal de subvenciones con un mecanismo ideado para sortear la fiscalización de las cuentas. Se trataba de una partida presupuestaria especial que no tenía que pasar ningún control. Así de fácil. Esa partida es la que recibió el nombre de Fondo de Reptiles (que a lo mejor has escuchado alguna vez).

Este dinero, supuestamente para ayudas al desempleo, se distribuía luego de forma arbitraria, incluso con comisiones ilegales de por medio hasta alcanzar al menos los 680 millones de euros en más de una década.

De hecho, este caso se inició en 2011 cuando unos empresarios grabaron la conversación con altos cargos de Mercasevilla. En esa conversación les pidieron 450.000 euros a cambio de un permiso para una escuela de hostelería.

Esa denuncia de Mercasevilla cayó en manos de una jueza entonces desconocida, Mercedes Alaya. Y lo que hizo Alaya, a pesar de todas las dificultades, fue tirar del hilo.

Comenzó a salir entonces una auténtica estructura corrupta que incluía fiestas, cocaína y prostíbulos a cuenta de un dinero que supuestamente iba destinado a parados y empresas en dificultades. Cuando más profundizaba, más crecía la bola de implicados hasta llegar a la presidencia de la Junta. Unos por implicación directa y otros porque miraron para otro lado.

Al final, 22 personas fueron procesadas a finales de 2017 en un juicio que duró 152 sesiones. La sentencia de ese juicio, con 19 condenas, es la que hoy ha ratificado el Tribunal Supremo.

Y ¿ahora qué? Pues ahora el PSOE está tratando de sortear este trago después de que Zapatero o el propio Pedro Sánchez hayan defendido durante estos años la inocencia y honestidad de los ex presidentes Chaves y Griñán.

A partir de hoy, este argumento que utilizaba Zapatero hace apenas un mes (en la campaña andaluza) queda muy tocado. Pero en esta misma línea siguen hoy los socialistas, cerrando filas.

Tampoco parece el día para que el PSOE haga menciones a los casos de corrupción del PP como Gürtel, pero me da a mi que en el manual para sortear preguntas incómodas, lo primero es aplicar el “... y tu más”.

Como último cartucho, los abogados de los condenados estudian recurrir al Constitucional. Aunque tras el fallo de hoy, poco recorrido queda para poner el punto y final a uno de los casos de corrupción más graves de nuestro país.