Pilar García Muñiz: “Johnson ha salvado los muebles, lo que no significa que tenga asegurada su supervivencia"

- 3 MIN

Bienvenido a Mediodía COPE.

Ha salvado los muebles por el momento, pero esto NO significa que Boris Johnson tenga asegurada su supervivencia.

Con 211 votos a favor y 148 en contra, salvó in extremis la moción de censura que le plantearon desde su propio partido un grupo de conservadores rebeldes, pero tiene en contra al 40% de sus diputados. Imaginate esto aquí en España, los barones socialistas planteando una moción de confianza a Pedro Sánchez ostentando el poder. Sí es verdad que a Sánchez sus compañeros lo DEFENESTRARON en su momento, acuérdate como fue aquel Comité Federal de Octubre de 2016 en el que tuvo que salir por la puerta de atrás, pero por aquel entonces estaban en la oposición, no en el gobierno. O lo que ha pasado recientemente en el PP con la salida de Pablo Casado. Aquí el debate interno se reserva para la oposición. Parece impensable que un partido pueda descabalgar por motivos morales a un presidente en el ejercicio de su cargo.

Claro que también parece impensable que en el Reino Unido, ese país que presume de parlamentarismo y de ser intolerante con la mentira, de hecho hasta ahora político al que le pillaban mintiendo, político que presentaba directamente su dimisión, pues parece impensable con todo lo que tiene encima, que Boris Jonhson siga como primer ministro.

Las consecuencias del Brexit, el COVID, la inflación disparada que puede llegar al 10 % en verano. Son algunas de las crisis que han salpicado a Johnson. A las que hay que sumar el PartyGate, las fiestas y borracheras que se cogían en la sede del Gobierno, en Downing Street, en pleno confinamiento, mientras que los británicos estaban encerrados en su casa. Unas fiestas que Jonhson negó en un principio, que luego reconoció y pidió perdón, pero aquí lo nuevo es que no dimitió.

¿Y ahora qué puede pasar? Pues las normas del partido impiden celebrar una nueva cuestión de confianza contra Johnson hasta dentro de un año, pero sin duda el voto refleja la división en las filas conservadoras y la debilidad del primer ministro. Además a lo largo de la historia se ha demostrado que los primeros ministros que ha sobrevivido a una moción interna han acabado renunciando al poco tiempo por presión de sus propios compañeros. Pasó con Margaret Tatcher en 1990, que acabó renunciando solo 8 días después de haber superado la cuestión de confianza. Y pasó también en 2018 con Theresa May que hizo las maletas y presentó su renuncia seis meses después de superar este mismo reto. Pese a sus victorias, al final las presiones internas pudieron con ellas.

Y esto le puede pasar también a Boris Jonhson, al que muchos dan ya por amortizado y desde luego ni se plantean que sea candidato para las elecciones de 2024.

Precisamente, la estrategia de Johnson podría pasar por adelantar esas elecciones generales al año que viene para intentar reforzar su liderazgo. Pero con su popularidad cayendo en picado, el viernes por ejemplo recibió un fortísimo abucheo cuando acudió a uno de los actos del Jubileo de la Reina Isabel II, y la coyuntura económica que es de todo menos buena, ese adelanto electoral podría suponer su definitiva sentencia política.