Pilar G.Muñiz: "Espero que alguien haya tomado nota en el Congreso, aunque sólo sea por vergüenza"

- 2 MIN

Hay un refrán muy español que dice que “el que no llora no mama” y tiene un punto de razón importante. Hoy estamos escuchando muy fuerte protestar al campo español y tenemos el centro de Madrid colapsado por centenares de tractores. Protestan por la situación del campo español y la competencia desleal de otros mercados.

Enseguida vamos a ver cómo está la situación no sólo en la capital, si no en otros puntos de toda nuestra geografía pero siguiendo con ese refrán tan nuestro, el mensaje, la queja que ha dejado Juan Carlos Unzué en el Congreso de los Diputados esta dando mucho de lo que hablar y desde luego con el paso de la horas, el tema da para una reflexión.

Acudieron para reclamar una ley que les garantice "una vida digna". En resumen para reclamar que alguien saque del cajón la Ley del ELA que lleva 2 años de tramitación y no acaba de aprobarse a pesar de contar con una mayoría. Algo que choca con la premura con la que se tramitan otras leyes, como la amnistía.

Unzué acudía con sus compañeros, personas afectadas de ELA que querían hacer visible su enfermedad in situ, en el lugar donde se tiene que aprobar la Ley. Allí se encontraron prácticamente solos. Tan sólo había 5 diputados presentes y eran los portavoces de la comisión de Sanidad y Unzué dijo esto. Seguramente lo has escuchado. A esto se llama sacar los colores a los diputados y los colores son los de todos los partidos la verdad.

El ELA es una enfermedad que afecta a entre 4 y 5000 personas en España. Al año se diagnostican un millar de casos a la vez que unas mil personas pierden la vida por esta causa. Es una enfermedad cruel porque quien la sufre es plenamente consciente del deterioro progresivo y ese deterioro afecta a toda la familia. Mantener los cuidados que va necesitando una persona con ELA no es ni barato, ni sencillo. Por eso la necesidad de esta ley que permita “vivir con dignidad”.

Lo que han denunciado en el congreso es que la situación económica puede avocar a una persona con ELA a optar por la eutanasia. Una ley que sí desarrollaron con celeridad. Es tremendo, pero es la denuncia que ayer hicieron.

Ahora bien, me pregunto. Si no hubiera sido una persona tan conocida como Juan Carlos Unzué la que expresó su queja ¿Se hubiera sabido la escena lamentable del Congreso? o hubiera quedado como una anécdota sin más. Y la respuesta es también una reflexión global, para todos, más allá de los diputados ausentes.

Afortunadamente, para este colectivo de personas y para sus familias, la queja es hoy un clamor y alguien habrá tomado nota en el Congreso aunque solo sea por vergüenza.