Pilar G.Muñiz: "Es fundamental para España mantenerse como referente en la fabricación mundial de automóviles"

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Que el sector automovilístico en España es fundamental para nuestra economía nadie lo duda, supone más de un 10% de nuestro Producto Interior Bruto, y de forma directa o indirecta da empleo a unos 2 millones de personas. Tampoco se duda de que la fabricación de automóviles está en pleno proceso de cambio hacia la electrificación y que la competencia mundial es brutal.

De hecho, en este momento, una de las cosas industrialmente más golosas para cualquier país es tener una factoría de automoción en producción.

En este sentido resulta fundamental para España mantenerse como referente en la fabricación mundial de automóviles y para eso no nos podemos quedar descolgados del tren de la electrificación. Esto es algo estretégico.

Por eso la gran noticia industrial de los ultimos meses fue conocer que un gigante como el Grupo Volkswagen apostaba por la localidad valenciana de Sagunto para implantar una megafactoría de baterias para los futuros coches eléctricos. El proyecto, que promete 3000 puestos de trabajo de entrada, contempla todavía una inversión de 3000 millones de euros y digo todavía porque a esta hora, en este viernes, este proyecto está en el aire.

Todo depende de que el Gobierno español aumente la inversión, las ayudas que aporta a este proyecto. Hasta el momento son apenas 160 millones de euros que salen de los llamados fondos Next Generation que da la Unión Europea.

Una cantidad que parece se queda corta para la magnitud de la inversión planeada y que debería estar operativa en 2026.

Lo que ha hecho Volkswagen es pedirle al gobierno que se aclare, porque novios no le van a faltar para llevar a acabo este proyecto en cualquier otro pais. Hablando claro, lo que el grupo alemán quiere ahora es ver por escrito el dinero que España está dispuesta a aportar y lo quiere ver de manera urgente.

La ministra para la transición ecológica Teresa Ribera acaba de decir que “el compromiso del gobierno es total con esta megafactoría”. El mensaje está muy bien. Es lo que tiene que decir la ministra, pero la cuestión es que al inversor ya no le valen los anuncios y las buenas intenciones. Se necesitan realidades.

Desde luego no están ayudando las dudas de Unión Europea sobre cómo gestiona España el dinero que llega de Bruselas. Ésta incertidumbre no es buena para nadie y menos para quien espera una potente inversión. Asi que mejor, todo por escrito... Al final, esto es lo de siempre, “Hechos son amores y no buenas razones”.