Pilar G.Muñiz sobre la Ley Trans: "Debe ser una decisión profundamente razonada porque no hay marcha atrás"
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La denominada Ley Trans, impulsada por Podemos, lleva dando vueltas y vueltas durante toda la legislatura. Y cuanto más gira más se tensiona el goberino de coalición entre el feminismo clásico que ha tenido el PSOE y las propuestas ideológicas que han dado forma a esta ley.
Un texto que permite, entre otras cosas que un menor de entre 14 y 16 años pueda ir al registro y cambiar de sexo sin que nadie se lo impida e incluso ya con 12 años también podrían solicitar el cambio de sexo pero en este caso con permiso paterno y judicial. En esta ley desaparece cualquier obligación de informe médico o tutela legal.
Son menores a los que legalmente no se les puede vender alcohol ni tabaco que no pueden votar que para irse de excursión con el Instituto necesitan una autorización de sus padres, pero sin pueden cambiar de sexo. El asunto puede complicarse mucho más si ese cambio va más allá de los adminsitrativo y se produce una intervención quirúrgica. Entonces es irreversible.
Escucha este dato que daba en Herrera en COPE la Doctora Ruth González, psiquiatra del hospital de Valladolid. El 70 por ciento de los hombres y el 50 por ciento de las mujeres abandonan el proceso de cambio de sexo porque consiguen encontrar su camino y cambian de opinión. Debe ser una decisión profundamente razonada porque no hay marcha atrás.
Y al margen de la cuestión administrativa o politica. Ésta es una de las claves; ¿hasta qué punto un adolescente de 13 o 15 años tiene claro que es lo que quiere? Todos hemos pasado por esa etapa y no tenemos nada que ver con la personas que eramos a los 15 años.
Seguramente, la mayoría ni siquiera nos planteamos la vida igual, ni tomaríamos muchas decisiones que en su día tomamos. Imagínate cuando ese decisión pueda implicar un cambio de sexo irreversible.
Como ha defendido la filósofa de Izquierdas, Amelia Valcárcel, miembro del consejo de Estado: “Es una de las leyes más peligrosas que se han llevado la Parlamento”.
Una Ley complicada, con muchas lagunas muy cuestionada incluso dentro del propio gobierno y del feminismo de izquierdas. Una ley que habría que revisar y estudiar bien para que no responda unicamente a criterios ideológicos.