Pilar G.Muñiz: "El tipo fijo ha sido una constante en los últimos meses para evitar los sustos del Euríbor"

El pasado 24 de junio, entre el Barrio Chino de Melilla y la frontera con la ciudad marroquí de Nador un número indeterminado de personas. Oficialmente 23 personas perdieron la vida cuando intentaban acceder de forma irregular a España y quedaron atrapados en el acceso a la Ciudad Autónoma.

La versión oficial, encabezada por Rabat y seguida por Moncloa, concluyó que todas las muertes habían tenido lugar en el lado marroquí. Así lo ha defendido siempre el minsitro de Interior, Fernando Grande Marlaska. Hoy también, en la tribuna del congreso de los Diputados.

Hoy también una investigación de un consorcio internacional de periodistas entre los que están el diario Le Monde, Der Spiguel o El País ha puesto en duda esta versión oficial y señalan que hubo muertos en el lado español de la frontera, al menos uno. Según estás investigaciones, fueron los gendarmes marroquíes quienes arrastraron los cuerpos otra vez a Marruecos.

Esto contradice de lleno la versión oficial y pone contra las cuerdas al ministro que se está aferrando a ella, a Grande Marlaska.

Pero, lo curioso es cómo ha evolucionado la situación politica. Ahora mismo, el socio del PSOE en el Gobierno, Podemos, es quien insiste en crear una comisión de investigación sobre lo ocurrido en la frontera de Melilla y en esta petición cuenta con el apoyo de otros socios como Bildu o Esquerra. Y mira por donde, La Comisión no sale adelante porque PP, VOX y Ciudadanos se han sumado al PSOE para bloquearla a pesar de que piden la dimsión del ministro. Parece contradictoria la posición de unos y otros, pero no es un capricho hay una estrategia.

Estamos de acuerdo en que se debería aclarar que pasó en ese punto de la frontera (ya hay una investigación de la Fiscalía abierta y otra del Defensor del Pueblo). Pero esto no impide que pueda haber otros motivos más allá del argumento de las responsabilidad que se tiene que asumir.

Y es que, Podemos y, sobre todo, partidos independentitas como Bildu o Esquerra no tienen ningun reparo a la hora de poner en entredicho cualquier actuación de las fuerzas de seguridad del Estado. Y lo ocurrido en la valla de Melilla es una oportunidad perfecta.

Bajo este punto de vista, es probable que PP, VOX o Ciudadanos no quieran prestarse a hacerle el juego a Podemos o a independentistas en una cuestión tan delicada como la frontera de Melilla y la relación con Marruecos que el día de mañana, a lo mejor, les toca gestionar desde Moncloa. Esta es una de las claves que explica la paradoja.