Uno de los motivos que llevó a Enmanuel Macrón, el presidente Francés, a adelantar las elecciones legislativas en Francia fue el subidón de la ultraderecha en los últimos comicios europeos.

Con las urnas recién cerradas se acaba de confirmar que el ascenso del Partido de Le Pen no es sólo un espejismo en las europeas... Marine Le Pen es una alterativa real en la política francesa y se ha llevado una victoria clara en la primera vuelta.

Es la reacción de la izquierda francesa a los resultados de la primera vuelta: una concentración en pleno centro de París entonando “el no pasarán” que se hizo popular en la Guerra Civil española. Esto es solo una imagen de la polarización a la que se enfrenta Francia en este momento.

Pero, no hay que olvidar una cosa: Le Pen y su partido Reagrupación Nacional, no está donde está por casualidad. Ha ganado la primera vuelta porque le han votado millones de franceses.

Le Pen ha sabido moderar en estos años su discurso. Empezó expulsando a su propio padre del partido y ha ido matizando algunas ideas radicales como la salida de Francia de la Unión Europa. Su discurso sigue siendo populista pero ahora está centrado en la inseguridad y la inmigración y lo que abría que preguntarse es por qué está calando con tanta fuerza en millones de personas. Por qué tanta gente se identifica con las soluciones que platea Le Pen y ha abandonado el centro político.

Sus resultados, repito, no son una casualidad y buena parte de su éxito es el fracaso del centro francés a la derecha y a la izquierda. En estas elecciones no se elige al presidente de Francia. Se eligen los miembros de la Asamblea Nacional algo así como su Congreso de los Diputados. En síntesis, el lugar donde se aprueban las leyes.

Es una comparación imposible porque el sistema no es igual, pero, para entendernos, imaginate que en España el presidente del Gobierno fuera Pedro Sánchez, pero en el Congreso la mayoría fuera de PP y de VOX. No se podría gobernar. Pues algo parecido se puede dar en Francia si sale un Gobierno de Le Pen.

El matiz es que ahora hay una segunda vuelta, el próximo domingo, 7 de julio. La Izquierda en bloque está promoviendo en este momento un “todos contra la ultra derecha” e incluso desde el partido de Macrón piden a sus candidatos con pocas opciones que se retiren para que otras formaciones puedan ganar fuerza frente a la Reagrupación Nacional de Le Pen.

Es decir, Francia, uno de los países con más peso en la Unión Europea está cada vez más abocada a elegir entre dos extremos.