Antonio Herraiz: "Hezbolá está herido y no hay que olvidar que detrás se encuentra Irán"

Después de muchas horas con informaciones confusas e incluso contradictorias, Israel ha confirmado la noticia. El intenso bombardeo del ejército israelí contra objetivos de Hezbolá ha terminado con la vida de su líder supremo, con Hassan Nasrala. 

Estamos ante una operación en el Líbano que las fuerzas israelíes llevaban mucho tiempo preparando. Una pieza a cobrar a toda costa. El objetivo era la sede principal de los terroristas de Hezbolá, situada bajo edificios residenciales de Dagye, en el extrarradio de Beirut, capital libanesa. Allí se supone que estaba el cabecilla de la milicia y por eso el ejército de Tel Aviv ordenó a media noche a los vecinos que evacuaran la zona. A partir de ahí, los bombardeos han sido continuos.

Ataques por cierto, cuyos primeros bombardeos coincidían con el discurso del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ante la Asamblea General de la ONU. Con un mensaje contundente, mientras Hezbolá opte por la guerra, Israel no se va a detener. Antes de recordar quién es Hezbolá y quién era el jefe de estos terroristas, Hassan Nasrala, hay que destacar en primer lugar que entre las fuerzas de defensa israelí y los servicios de inteligencia, han descabezado por completo a la cúpula de este grupo.

De hecho, dentro de la campaña de marketing que se libra en todo conflicto, desde Israel han publicado una imagen en la que aparecen todos los líderes de Hezbolá y los han ido tachando. Son 20 terroristas, una veintena, en una lista en la que además de Nasrala, el último que ha caído, están todos sus lugartenientes, como un tal Ibrahim Naquil, que te contábamos justo a esta hora, la semana pasada, el sábado, que había sido también asesinado.

Todos los líderes de Hezbolá han sido abatidos, lo que demuestra que los servicios de inteligencia israelíes son de los mejores del mundo. Pero viene a confirmar también lo inexplicable que fue lo que ocurrió el 7 de octubre de hace justo un año, cuando los terroristas de Hamás atacaron por tierra, mar y aire objetivos israelíes, asesinando a más de 1.300 personas y capturando como rehenes a más de 200.

La mayoría todavía en manos de Hamás, sin saber nada de su estado ni tampoco de su paradero. En cuanto al líder de Hezbolá que Israel asegura que ha matado y que también, esto ha sido confirmado hace apenas unos minutos por la organización libanesa, ¿qué sabemos de ese líder? Entre otras cosas que lleva tres décadas dirigiendo a este grupo con un fuerte brazo terrorista y que a pasos agigantados lo ha ido transformando en uno de los grupos paramilitares más poderosos de todo Oriente Próximo.

Tenía 64 años y está detrás de los permanentes ataques contra Israel y también ha participado en el conflicto de la vecina Siria, contribuyendo a inclinar la balanza de poder a favor del presidente Bashar al-Assad. Lo acaba de confirmar Hezbolá, ya digo, y por tanto la tensión en Oriente Próximo va a aumentar muchos peldaños porque se espera una respuesta contundente por mucho que la cúpula de este grupo terrorista haya quedado descabezada. Hezbolá está herido y no hay que olvidar que detrás se encuentra Irán, que es el gran desestabilizador de la zona.

De hecho, tanto Hezbolá en el Líbano como Hamás en Gaza son dos terminales armadas de Teherán cuyo objetivo máximo es acabar con la única democracia de la zona, exterminar a Israel y, por tanto, a toda su gente. Por eso no hay que perder de vista lo que está pasando en esta zona del mundo porque nos termina afectando a todos y es la razón por la que Estados Unidos acaba de aprobar una ayuda militar a Israel de 8.000 millones de dólares.

No solo está en juego la estabilidad de Oriente Próximo, lo que está en liza es la propia libertad de Occidente, por mucho que se trate de aparcar permanentemente lo que ocurre allí. Luego ya habrá tiempo de analizar los errores que está cometiendo el gobierno de Benjamin Netanyahu, que no son pocos. Habrá tiempo de analizar lo que pasó hace un año en Israel, cómo se la colaron y la respuesta en Gaza que ha sido incapaz de recuperar a los rehenes tal y como le exigen todos los fines de semana en la calle en miles de israelíes. Pero eso es perfectamente compatible con el derecho de defensa de Israel. Las críticas a Netanyahu son compatibles, sí, con ese derecho de defensa, porque Israel ha visto cómo desde el Líbano en el último año le han llegado cerca de 10.000 cohetes y misiles.

Es muy fácil detenerse solo en la respuesta y en las muertes que genera, incluida la de los terroristas, pero hay que analizar bien el contexto y la agresión permanente del Líbano a Israel, que además de muertos, provoca también el desplazamiento obligado de muchos ciudadanos que viven en la frontera con el Líbano a otros puntos más seguros. Se trata de defender la democracia y eso debe ir de la mano, de una respuesta, no nos vamos a cansar de repetirlo, medida y siempre unida a la necesidad de un diálogo que está completamente roto. ¿Cuál es la situación ahora mismo en el Líbano? Entre la población civil hay mucho temor.

En COPE hemos hablado con la libanesa Elisar Balbaaki, era guía turística en el Gran Beirut, pero como desde el 8 de octubre el Líbano no recibe turistas, ahora está dando clase de historia y geografía y se ha marchado a otra localidad, a 20 kilómetros de la capital. Los bombardeos no han parado de ninguna manera y ayer no se sabía ya hasta ese momento el número de muertos después del ataque con 10 proyectiles de alta tecnología que han transformado de verdad los edificios del suburbio del sur de Beirut en cenizas.

Elissar nos ha contado también que las escuelas públicas han abierto sus puertas para acoger a los que han tenido que ser evacuados ante la amenaza de las bombas. Esta es la crudeza de toda guerra o de todo conflicto bélico que siempre termina afectando a los más inocentes. Por eso, aunque prime el derecho de defensa de Israel, el diálogo debería ser también el arma más potente.