Su casa queda destrozada por la DANA y, cuatro meses después, los vecinos no dan crédito a lo que tiene que hacer para sobrevivir

Esta semana se han cumplido cuatro meses de lo sucedido con la DANA en la Comunidad Valenciana y Castilla La-Mancha. Carmen, de Sedaví, todavía vive una situación muy difícil

Luis Calabor

Madrid - Publicado el

3 min lectura

Han pasado cuatro meses desde que la DANA  arrasó parte de la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, dejando tras de sí un rastro de destrucción y dolor. Con 232 víctimas mortales y miles de afectados, las consecuencias de aquellas inundaciones siguen muy presentes en la vida de quienes lo perdieron todo. Aunque el tiempo ha pasado, la normalidad aún parece una meta lejana para muchos.

En localidades como Cheste y Sedaví, los vecinos siguen lidiando con calles destrozadas, accesos cortados y viviendas inhabitables. La reconstrucción avanza lentamente, y mientras tanto, las familias afectadas se ven obligadas a adaptarse a una realidad que dista mucho de la que conocían. Para algunos, como Carmen, una vecina de Sedaví, la situación se ha vuelto tan extrema que ha tenido que reorganizar su vida de una manera que nunca imaginó. Varios vecinos cuentan en Mediodía COPE la cruda situación que todavía viven.

Ainhoa Clavel

Los efectos de la DANA siguen notándose en muchas localidades

A CARMEN NO LE QUEDA OTRA QUE COCINAR EN EL BAÑO

Carmen vive con su madre en una casa cuya planta baja quedó completamente destruida por las inundaciones. "Lo que es la zona de abajo no está habitable", explica. "Cada vez está más deteriorada, hay humedades, la pared está en mal estado... En algunas zonas ya no es solo pintura, hay que picar y hacer un tratamiento. El suelo sigue saliendo moho".

Pero lo que más ha sorprendido a sus vecinos es cómo ha tenido que adaptar su rutina diaria para sobrevivir. "En el baño nos han dejado una placa para poder ir cocinando", relata Carmen. "Hay gente que se sorprende de verdad: estamos cocinando en el baño. Esto no se acaba en un día ni en dos, esto va para largo", añade.

Esto no se acaba en un día ni en dos. Esto va para largo"

Carmen

Vecina de Sedaví afectada por la DANA

Esta imagen, tan impactante como reveladora, es solo un ejemplo de las dificultades que enfrentan los afectados por la DANA. Para Carmen y su madre, el baño se ha convertido en una improvisada cocina, un espacio que nunca pensaron que tendrían que usar para preparar sus comidas.

EFE/ Álvaro del Olmo

Hay muchas imágenes duras de la DANA

"VOLVER A ESA NORMALIDAD SERÁ PRÁCTICAMENTE IMPOSIBLE"

En Cheste, otra de las localidades más afectadas, la situación no es mucho mejor. Iago Andrés, uno de los vecinos, describe cómo los accesos y las salidas del pueblo siguen dañados. "Hasta hace tres semanas, los accesos estaban prácticamente igual o había que dar mucha vuelta por caminos de tierra", cuenta. "Ahora parece que se vuelve un poco a la normalidad, pero para nada es la normalidad que conocíamos. Volver a esa normalidad será prácticamente imposible, o al menos va a costar mucho tiempo".

Iago también habla del impacto psicológico que esta situación está teniendo en los afectados. "Ya no solo por lo vivido, sino por lo que estás viviendo ahora", explica. "Tener que resolver tantas cosas por obligación, ver tu casa y que no es tu casa, ver tus calles y que no son tus calles... Todo eso te va afectando psicológica y mentalmente. Está siendo bastante duro", añade al respecto Iago.

@CircuitValencia

Cheste ha sido muy afectado por la DANA, incluyendo su circuito

Uno de los mayores problemas que enfrentan los afectados es la lentitud en la llegada de las ayudas. Cuatro meses después de la tragedia, muchas familias siguen esperando apoyo para reconstruir sus hogares y recuperar sus vidas. "Las ayudas continúan llegando a cuentagotas", denuncia Antonio Herraiz. 

Esta falta de recursos ha dejado a muchas personas en una situación de desamparo, obligándolas a buscar soluciones por su cuenta. Para Carmen, Iago y cientos de vecinos más, la reconstrucción no es solo una cuestión de reparar casas y calles, sino de recuperar la esperanza y la dignidad.

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