Un colegio del pueblo conocido como ‘la pequeña Mali’ evita que los padres practiquen la ablación a sus hijas

Estos días hemos conocido la noticia de que los Mossos d' Esquadra y la Policía Nacional han impedido a una familia viajar de Barcelona a Sierra Leona para practicarle la ablación a su hija de 17 meses.

Los padres intentaron en Barcelona se le practicara la ablación a su hija. La madre acudió con su bebé a un centro de salud de la ciudad condal y pidió a los médicos que le practicaran esta mutilación. Algo que obviamente los médicos no hicieron.

Desde el centro informaron a la mujer primero, de las secuelas físicas y psicológicas que deja la ablación y que además es un delito que nuestro Código Penal castiga con una pena de prisión que puede ir de 6 a 12 años de cárcel y también con la retirada de la patria potestad en el caso de que las víctimas sean menores.

Pasaron los meses, y los médicos empezaron a sospechar porque la familia no volvió a llevar a su hija al médico y avisaron a la Policía. La familia tenía un plan alternativo: viajar a Marruecos y de allí pasar a Sierra Leona para practicar la ablación a su hija.

La rápida actuación conjunta de la Policía junto a los Mosos que consiguieron la autorización de un juez para impedir que se produjera ese viaje justo cuando la familia estaba a punto de embarcar hacia Marruecos

En todo el mundo hay 200 millones de mujeres han padecido la ablación según datos de UNICEF. Y en España hay 3.600 niñas en riesgo de sufrir esta mutilación.

La pequeña Mali española

Precisamente en nuestro país hay un pueblo que lleva años intentando prevenir esta práctica ilegal. Es el pueblo de Recas, en el norte de Toledo. Allí viven algo más de 4.000 habitantes y lo llaman ‘la pequeña Mali’ porque unos 600 vecinos proceden de este país.

Es un municipio extremadamente concienciado en la lucha contra esta mutilación del clítoris en las niñas. Una labor que realizan desde el colegio del pueblo César Cabañas Caballero.

En ‘Mediodía COPE’ hablamos con el director José Luis Moreno, un centro “que se caracteriza por el alto porcentaje de inmigración y un porcentaje considerable proviene del África subsahariana”, destaca.

La labor que llevan a cabo los profesores del colegio cuando se acercan las fechas vacacionales como Navidad y verano como nos explica Moreno “es investigar qué es lo que van a hacer durante esas fecho preguntando si van a viajar a su país de origen, qué van a hacer”. De manera que cuando tienen toda la información “ponemos en marcha el protocolo: se informa al equipo directivo y se organiza una reunión con los padres donde se les informa y se les hacer firmar un compromiso preventivo antes de realicen el viaje”.

Uno de los objetivos que se ha marcado este colegio es que los padres conozcan “las consecuencias que la ablación puede tener tanto para la salud, como psicológicamente como en un futuro sexualmente para sus hijas. Además de las consecuencias penales que tiene en nuestro país”.

Como cuenta Moreno “nosotros mismos informamos al centro de salud de esas familias que van a viajar a sus países de origen para que cojan cita y revisen a las niñas tanto antes como después del viaje”.