"Cuanto más me acerco al centro de la diana, el sonido es más agudo"

Antonio Callejas quiere estar en Tokyo 2020. En los JJ.OO. paralímpicos de la capital japonesa el tiro con carabina para ciegos, su modalidad, será modalidad invitada, y aún así, Antonio no se lo quiere perder "aunque sea como invitado hay que hacer muy buenas puntuaciones. A ver si en el Europeo también me clasifico bien".

El tiro con arco es junto a su familia lo que mueve su mundo, ese universo personal que cambiaba dos meses después de contraer matrimonio y tras mucho sufrimiento, "era conductor de camión. Cuando llevaba dos meses casado me quedé dormido al volante, me dí un golpe contra un árbol y me destrocé la cara" cuenta Antonio de donde surge el origen de su historia, su segundo matrimonio este con el arco.

Dieciséis operaciones para reconstruir la cara no le han mermado la moral y las ganas por vivir, "lo que me importaba era estar vivo, ver o no era lo de menos".

Pero el no ver le llevó a la ONCE y allí, "encontré a mi guía Salvador y me habló del tiro". Y aquí surge la duda de todo profano a esta modalidad deportiva para ciegos, ¿cómo se hace, cómo se tira si uno no ve nada? "A través del sonido, la lente de mira telescópica que lleva la carabina trasforma la luz en sonido y cuanto más me acerco al centro de la diana el sonido es más agudo".

El guía y preparador de Antonio es Salvador Jiménez y además un buen amigo al que Antonio dice que debe tanto, "más que animarlo al principio fue la sorpresa y ahí empezamos, le gustó y seguimos peleando. Vimos que tenía maneras. Sorprende las cosas que puede hacer Antonio sin ver nada".