Gene Hackman, una leyenda del cine que nunca buscó la fama

El mundo del cine llora la pérdida de una de sus estrellas más destacada: Gene Hackman. El actor y su esposa, la pianista Betsy Arakawa, han sido encontrados muertos en su casa de Nuevo México, en Estados Unidos.    

Junto a ellos también ha aparecido sin vida el perro de la pareja. El actor tenía 95 años y su mujer 63. Hacía 20 años que Hackman había abandonado la actuación para dedicarse a la literatura. La última vez que pudimos ver a ambos públicamente fue en marzo de 2024. El actor apareció muy delgado, tanto que era prácticamente imposible reconocerle.

aún se desconoce la causa de las muertes

El sheriff del condado de Santa Fe, Adan Mendoza, ha confirmado que, de momento, no hay indicios de una muerte dolosa y que, aparentemente, nadie ha entrado en la casa, pero no ha detallado aún las causas que han podido provocar el fallecimiento de la pareja. Llevaban casados desde 1991, era su segunda esposa, y se habían trasladado a esta casa en 2008, cuando el actor confirmó que abandonaba definitivamente la industria del cine.

Actor tardío..., carrera prolífica

A Hackman le hemos visto en más de 80 películas, pero lo cierto es que fue un actor tardío.

A los 16 años, mintiendo sobre su edad, se alistó en los Marines, donde sirvió durante tres años como operador de radio en China, Hawái y Japón. A la vuelta del frente, hizo todo tipo de trabajos. De hecho, en 2011, en una entrevista a la revista Times, reconoció que el peor de todos fue el de pulir los muebles de cuero del icónico edificio Chrysler de Nueva York. Aprovechando la ayuda que el Gobierno de Estados Unidos prestaba a los antiguos militares, decidió estudiar periodismo en la universidad. Aunque a los 30 años optó por darle un giro a su vida y convertirse en actor.    

En realidad era una idea que le rondaba por la cabeza desde niño, cuando en 1951 fue a ver “Un tranvía llamado deseo” y quedó tan impresionado por la actuación de Marlon Brando que le prometió a su padre que alguna vez él también haría una película.

Para conseguirlo ingresó en la escuela de interpretación Pasadena Playhouse en Los Ángeles, pero sus notas eran tan malas que sus profesores llegaron a decirle que no confiaban mucho en que fuera a tener éxito. Allí forjó amistad con otra promesa de la actuación, un joven Dustin Hoffman, con quien llegó a compartir piso de estudiantes. Años después, en 2003, los dos terminarían coincidiendo en la gran pantalla, en la película “El Jurado”.

En 1967, Warren Beatty lo recomendó para ser el hermano de Clyde Barrow en la mítica película “Bonnie y Clyde”. Un papel que le valió su primera candidatura al Óscar como Mejor actor de reparto.

Sin embargo, la primera de las dos estatuillas que posee la recibió cinco años después, en 1972, como actor principal por la película “The French Connection” y eso que fue el quinto candidato para protagonizar esta película.

El segundo Óscar lo ganó en 1993, esta vez como mejor actor de reparto, por su interpretación de sheriff sádico en “Sin perdón”, película dirigida y protagonizada por otro de sus amigos, Clint Eastwood. Lo más gracioso es que, de primeras, rechazó el papel, pero cambió de opinión cuando descubrió que se trataba de un western.

40 años de carrera: 80 películas

“Arde Mississippi”, “La tapadera”, “Marea Roja”, “Bajo Sospecha” o “Superman”, donde encarnó al villano Lex Luthor.

Para este papel tuvo que hacer algo con lo que no estaba muy conforme: quitarse el bigote y raparse la cabeza. Lo de raparse la cabeza no le importaba demasiado, pero lo de quitarse el bigote eran palabras mayores. Y lo hizo solo porque el director de la película, Richard Donner, le prometió que él también se quitaría el suyo, si accedía.    

 Además de los dos premios Óscar y tres nominaciones más, tiene dos premios Bafta, cuatro Globos de Oro, el trofeo al mejor actor del Festival de Cannes y dos Premios de la Asociación Nacional de propietarios de Cines.

Y podrían haber sido mucho más. Rechazó los papeles protagonistas de “Encuentros en la tercera fase”, “Tiburón”, “El silencio de los corderos” y “Alguien voló sobre el nido del cuco”. Estuvo a punto de ser el padre de la “La tribu de los Brady”, pero le descartaron por ser poco conocido. También fue candidato a interpretar al abogado Tom Hagen en “El padrino”, papel que finalmente acabó interpretando Robert Duvall. No le debió sentar muy mal que no le dieran este papel, ya que Duvall era un gran amigo suyo, hasta el punto de que Hackman llegó a pagarle su operación de pelvis.

En las películas dobladas al español ha compartido voz con otros grandes del cine como Harrison Ford, Anthony Hopkins, Gérard Depardieu, Leslie Nielsen y Danny Glover, gracias al actor español Camilo García que le ha doblado en todas sus películas.

En sus últimos años: escritor y pintor

En 1990 tuvo que someterse a una intervención de corazón por una afección cardíaca, de la que se recuperó satisfactoriamente, aunque esta dolencia le mantuvo alejado de su trabajo durante casi dos años. Sin embargo, este bache no le ha impedido explorar otras facetas artísticas.    

Ha escrito tres novelas. Además, ha pintado cuadros, ha pilotado aviones y ha sido participado en diversas carreras de coches. Precisamente, a la literatura ha dedicado los últimos años de su vida. Y eso que su gran amigo Clint Eastwood intentó sacarle de su retiro ofreciéndole un papel en una de sus últimas películas, algo que Hackman declinó. Así que su último título será ya para siempre la película “Bienvenido a Mooseport”. Una cinta de 2004 donde encarna a un expresidente de Estados Unidos que decide presentarse como alcalde de una pequeña localidad de Nueva Inglaterra y se las tiene que ver con su contrincante, el dueño de una tienda del pueblo.

Un título más que añadir a una de las carreras más prolíficas de Hollywood.