Los grandes expolios al patrimonio español olvidados por la "pasividad" de las autoridades
En 'Mediodía COPE', repasamos con Jorge Llopis-Planas las obras artísticas que salieron sin control de nuestro país y si es posible su vuelta
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Han pasado 70 años y se sigue sin saber dónde acabaron más de 500 libros que se robaron a lo largo de los años 50 de la Biblioteca de La Seo, en la Catedral de Zaragoza. El diario Heraldo de Aragón marca 1952 como el año en el que empezó todo. Ahí es cuando un importante librero italiano llega a Zaragoza. Se llamaba Enzo Ferrajoli.
Se dio cuenta de que la biblioteca de la SEO no tenía mucha seguridad y en su cabeza empezó a urdir un plan para llevarse los libros poco a poco. Para ello, contó con la ayuda del responsable de la biblioteca y de su secretario. Así fue trasladando los libros que le interesaban a un hotel de Zaragoza. En 1961, la Policía los detuvo. Los acusados fueron declarados culpables y condenados a entre 2 y 8 años de cárcel.
Se llegó a hablar de que podrían haber sustraído 583 volúmenes, aunque solo se les pudo acusar de robar 110. ¿Dónde están ahora esos libros? A día de hoy se sigue investigando. Están claras dos ubicaciones: en EEUU; concretamente en las universidades de Yale, Duke y Pensylvania; y en Reino Unido, en las universidades de Oxford y Cambrigde, además del British Museum.
Pasividad de las autoridades
Estamos hablando de uno de los expolios bibliográficos más importantes de Europa. "A mi me llama la atención, la pasavidad de nuestras autoridades a la hora de reclamar", señala Jorge Llopis-Planas, Perito Judicial en Arte y Director de la revista Pecados del Arte.com.
"En un momento dado, lo de la British Library tuvieron que dejarlo por imposible. Ellos reconocían que tenían esas piezas, pero no querían devolverlas", cuenta.
"Realmente, ha sido la informática la que ha ayudado a catalogar, pero hasta esos momentos, son colecciones tan salvajes que se han perdido por falta de catalogación", explica.
Pero este no ha sido el único gran expolio al patrimonio español. En “The Cloisters”, un pabellon anexo al Museo Metropolitano, en Nueva York, se encuentra una imponente reja, forjada a mano a mediados del siglo XVIII. Está instalada ahí desde 1957, pero durante 156 años era la cancela del coro de la Catedral de Valladolid.
Llegó hasta allí porque la compró el magnate William Randolph Hearst en 1922 a un precio muy bajo, y al morir la cedió al museo. En dos ocasiones, el museo ha felicitado la Navidad con la imagen de esta reja.
Los grandes expolios españoles
"Desgraciadamente, hasta el año 1933 no existe la ley del Tesoro Artístico Español. Se vendía porque no teníamos un control y una apreciación del patrimonio. ¿Expolio? No. Eran compras que se hicieron de una manera que, hoy por hoy, sería imposible que pudieran hacerse", describe. Todo se vendía. "En el puerto de Valencia y Cádiz había auténticos depósitos de embalaje", cuenta.
Otro conocido expolio es el que están denunciando los cartujos de Miraflores, en Burgos. Se trata de una talla que se expone en este mismo museo, en el Metropolitano de Nueva York. Es una talla de Santiago el Mayor de Gil de Siloé realizada en alabastro entre 1483 y 1493. Los cartujos dicen que fue robada en 1905.
"Tienen constancia de quien fue el ladrón, pero lo curioso es que la respuesta de Patrimonio es que es una pieza muy antigua", explica. "Los españoles somos muy poco dados a reclamar. Forma parte del monumento funerario de Juan II de Portugal. No es ninguna tontería", asevera.
En el listado de obras expoliadas, Llopis-Planas destaca dos. Son dos salas importantes. "Una en Francia, la sala española en el Louvre, con casi 1.500 obras de artes, y lo que los ingleses llaman el regalo español. 256 piezas que Fernando VII regaló al Duque de Wellington y que deberían devolverse", señala.