María, la niña que lucha contra un Sarcoma de Ewing, última española en abrazar al Papa Francisco

Poca gente puede presumir de haber estado en la última audiencia que concedió el Papa Francisco, tan solo dos días antes de ser ingresado en el Hospital Gemelli de Roma por una neumonía bilateral el pasado mes de febrero. María Caamaño, de 12 años, es una de ellas.

María lleva luchando desde los 7 años contra un Sarcoma de Ewing y conocer al Papa en persona ha sido una experiencia que nunca va a olvidar, como nos cuenta a 'Mediodía COPE', su padre, Juan que asegura que "ese momento de paz que sintió y ese abrazo lo lleva para siempre en el corazón".

Aunque María y su familia estuvieron con el Pontífice antes de su enfermedad (dos días antes de ser ingresado), Juan recuerda que ya entonces sele veía "bastante castigado". 

Aunque fueron pocos los minutos que pudieron estar con Francisco, "tres, cuatro, cinco minutos"; para Maria y su familia son "inexplicables". 

La propia María dio buena cuenta de este encuentro en sus redes sociales y calificó ese día como "uno de los más importantes de su vida". 

María es muy creyente, al igual que toda su familia, y conocer al Papa Francisco fue, en sus propias palabras, un "sueño cumplido". 

Francisco le dio un rosario y un abrazo que nunca va a olvidar y ella, a cambio, le llevó varios regalos de parte de la parroquia de su pueblo, Encinas de Abajo, en Salamanca, y de la Fundación 'La sonrisa de María'  que ha creado para ayudar a niños en su misma situación. 

carlo acutis, su inspiración

Todo comenzó por un trabajo del colegio y por la especial devoción que María siente por Carlo Acutis, el conocido como primer santo millennial, que dedicó su corta vida a difundir la fe católica en Internet.

Carlo Acutis falleció a los 15 años, víctima de una leucemia. Precisamente, iba a ser canonizado el próximo domingo 27 de abril, pero la ceremonia ha sido suspendida por la muerte del Papa Francisco.

A María su historia siempre le ha servido de fuente de inspiración, por eso, no dudó en hacer un trabajo sobre su figura: un dibujo. 

Uno de sus profesores, al ver el trabajo de María, quedó tan impresionado que se lo enseñó al obispo de Salamanca. Y, de ahí, llegó hasta el Vaticano.

María presentó su trabajo en el mes de enero, y en menos de 30 días, María pudo abrazar al Papa Francisco. 

Además de saludarle en persona al Pontífice, también visitó el Vaticano, un lugar emblemático e importante para el cristianismo y conoció otros rincones tremendamente importantes para ella, como nos cuenta su padre Juan, "en los tres días que estuvimos en Roma nos acercamos a Asís para ver a Carlo Acutis y a Santa María de Asís".

Por eso, la noticia de la muerte de Francisco, a María le ha hecho una mella especial. La pequeña ha querido rendirle homenaje en sus redes, recordando ese encuentro y, sobre todo, la luz que le transmitió. 

Una luz, dice, que le cuidó aquel día y que ella sabe que va a estar cuidándola siempre, como asegura su padre, "es otro ángel más que está ahí para echarle una mano".

A pesar de la pena por decirle adiós a Francisco, ese encuentro y ese viaje a Roma le ha servido a María como un chute extra de energía para todo lo que se le avecina, ya que como señala Juan "para estos niños la motivación, el estar contentos y el estar en un buen estado de ánimo es mucho a la hora de su recuperación y de su bienestar".

EL DÍA QUE MARÍA CELEBRÓ LA EUROCOPA DE ESPAÑA EN LA FIESTA DE CIBELES CON LOS FUTBOLISTAS

Además de muy religiosa, María, como el Papa Francisco, es también muy futbolera. El pasado verano tuvo el honor de levantar la Eurocopa junto a la selección española en Cibeles. Una experiencia que pone al mismo nivel que su visita al Vaticano, como relata su padre.

"María es muy futbolera y está con Morata como futbolista. Pero lo de la Selección en Cibeles fue muy fuerte para ella. Y lo del Papa también. Lo del Papa lo lleva grabado".

Una suerte, sin duda, que María haya podido conocer al Papa poco antes de que empezaran los problemas de salud más serios del Santo Padre. Como ella dice, un nuevo ángel que nos está cuidando ya desde el cielo.