Máximo seis horas: el tiempo límite para un trasplante que salva una vida

En 'Mediodía COPE' recorremos la cadena de vida desde que una persona necesita un trasplante hasta que lo recibe

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'Mediodía COPE' recorre el proceso de un trasplante de corazón

Redacción Mediodía

Publicado el - Actualizado

8 min lectura

España sigue siendo líder en el ranking mundial de trasplantes después de 32 años. Solo el año pasado se hicieron más de 5.800 en nuestro país, un 9% más que el año anterior.

Un nuevo récord que no hubiera sido posible sin la coordinación, la profesionalidad y el buen hacer de centenares de personas que intervienen en cada trasplante. Una cadena de vida donde cada eslabón encaja con el siguiente y que en 'Mediodía COPE' te contamos en qué consiste.

Esa cadena se inicia con la donación. El año pasado las familias de 2.300 personas fallecidas decidieron donar sus órganos y también 400 personas vivas. Una de ellas fue María Asunción Gómez, que donó un riñón a su marido, y nos explica cómo fue ese proceso inicial. “Tienen que hacer un estudio para ver la compatibilidad que hay. Es ahí cuando yo digo que empiecen el estudio conmigo para ver si es posible que sea compatible. Y entonces donarle yo mi riñón. A partir de ahí nos dicen que ha sido una pasada la compatibilidad que tenemos. Que probablemente si se le hacen a cualquiera de su familia no hubieran tenido tanto”

El caso de María Asunción fue el de un trasplante renal, que es el más común de todos, pero en España se realizan cada día otros muchos trasplantes. De hígado, córnea, pulmón, intestino y por supuesto también de corazón.

Vamos a seguir el hilo, precisamente de un trasplante de corazón. La maquinaria se suele poner en marcha en una consulta como la que el doctor Diego Rangel tiene en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

“Los pacientes que tienen insuficiencia cardíaca a lo largo de su evolución, algunos de ellos, un porcentaje que se considera en torno al 7 al 10%, evolucionan de una forma grave, que es lo que se llama insuficiencia cardíaca avanzada, que son los pacientes, digamos, que se consideran candidatos a evaluación para el trasplante cardíaco”, explica el doctor.

En ese momento el paciente se convierte en candidato a un trasplante, pero antes hay que hacer una serie de pruebas para descartar otros problemas que impidan la intervención, de manera que cuando “se lleva a cabo esta evaluación clínica y la corroboración en sesión multidisciplinar, los datos de ese paciente se elevan a la Organización Nacional de Trasplante, que es la que incluye al paciente en lista de espera”.

La media de tiempo que el paciente espera hasta recibir ese corazón que necesita, está entre dos y cuatro meses, aunque a veces esa llamada puede retrasarse. Cuando aparece el corazón compatible, la cadena se tensa y comienza un proceso vertiginoso, pero perfectamente coordinado. Un proceso en el que cada minuto es fundamental, porque desde que se extrae el corazón del donante hasta que se implanta en el receptor, hay un límite de tiempo, como máximo seis horas.

Estéril y frío: así se transporta un corazón para ser trasplantado

En muchos casos es el propio equipo médico que va a implantar el corazón en el receptor, el que lo extrae también del donante. Y ahí empieza el viaje del corazón. Encarnación Gutiérrez es cirujana del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y nos cuenta las condiciones en las que debe ser transportado ese corazón.

“El corazón tiene que ser transportado en condiciones de total esterilidad y de frío. Para ello, antes de sacar el corazón del donante, lo preparamos con una solución que se llama solución cardiopléjica, que está a cuatro grados. Una vez extraído lo mantenemos en unas bolsas, bolsas estériles, que se meten doble bolsa por seguridad para que no se vaya a contaminar y una vez envasado en estas bolsas, se meten en un recipiente que contiene hielo. Se protege el recipiente en una nevera que igualmente está cubierta de hielo”.

Transporte aéreo: máxima prioridad para el avión que lleva el corazón

El tiempo apremia y en muchas ocasiones es necesario llevar el corazón en avión porque es lo más rápido. Y a cualquier vuelo le puede tocar esa función de manera inesperada. Al comandante Manuel Fernández le ha pasado en varias ocasiones, como nos cuenta. “Al llegar al aeropuerto, el coordinador del aeropuerto, nos indica que tenemos un trasplante. Entonces, el equipo médico se acerca con el órgano al avión y nosotros le recibimos. Le solemos poner en un compartimento de cabina, ya que es un recipiente pequeño, normalmente refrigerado. Una vez iniciado el vuelo, le decimos al control que tenemos un trasplante a bordo y ellos nos dan prioridad tanto en ruta como en la aproximación del aeropuerto de destino”.

Desde que el equipo médico deposita el órgano en el avión, es el comandante el que se responsabiliza de su custodia. Los aviones que transportan órganos tienen absoluta prioridad. Susana Romero es controladora aérea y nos habla de los protocolos que tienen establecidos los aeropuertos para este tipo de casos. “Es un trabajo en equipo del cual estamos muy orgullosos de formar parte en ese eslabón, en esa cadena solidaria. Nuestro trabajo sería facilitar y recortar la ruta de esas ambulancias que surcan los cielos de un lado a otro. Evidentemente, son aviones que tienen prioridad. Es muy importante, el tiempo es algo fundamental que va contra reloj en muchas ocasiones y nuestra función es eso, darles prioridad absoluta, recortando las rutas, yendo lo más directo posible y dando prioridad a la hora de llegar para que el órgano llegue lo antes posible”.

Aviones

Una ambulancia escoltada por la Policía para llegar a tiempo al hospital

Ese avión podrá aterrizar en una zona habilitada en el aeropuerto de destino. Allí estará esperando el equipo médico que se hará cargo del transporte del corazón, del aeropuerto al hospital. Un transporte que se hace en una ambulancia que en todo momento va escoltada por la Policía para, si fuera necesario, saltarse semáforos y atascos. El agente Carlos Castro ha participado en uno de estos protocolos. “Habrán podido observar una caravana de ambulancias que va precedida de motos de Policía municipal. Son motoristas de la Comisaría de Servicios Especiales, son motoristas que tienen como cometido hacer escolta a personalidades y otros servicios entre los que se encuentra el acompañamiento a estas caravanas del SAMUR”. No hay tiempo que perder, pero hay que ser muy prudente al volante y evitar frenazos, acelerones o volantazos que pudieran dañar el corazón.

Valdecilla sigue siendo pionero en trasplantes

“Gestionar los tiempos”: lo más importante en la operación

Ya en el hospital comienza la operación en la que están cirujanos como Alejandro Atsuar, también del Hospital Virgen del Rocío. “La parte meramente técnica es algo que con experiencia en cierto modo es controlable. Realmente yo consideraría lo más complejo del trasplante, la gestión de los tiempos. Habré estado en trasplantes de apenas dos horas y media de duración y en otros de más de diez horas. Diría que en un caso típico, trasplantando a un paciente no intervenido previamente y con buenos datos hemodinámicos a priori, el trasplante podrá durar unas tres horas, o un poco más. Ahí radica para mí la verdadera dificultad del trasplante, no en la parte técnica”.

El año pasado se realizaron 325 de estos trasplantes en nuestro país, un trasplante que según datos de la Fundación Española del Corazón tiene una tasa de éxito del 85%.

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Julián, de receptor de un corazón a donante de órganos

Tengo una vida ahora mismo más activa que cuando estaba trabajando de mi dieta. Hago deporte todos los días, ando mis 12 kilómetros, cojo la moto todos los fines de semana. Hace poco he dado la vuelta a Andalucía en moto, en una semana. Hace cuatro años me hice un ultramaratón de 50 kilómetros. Vamos, que te da esto para hacer una vida chula”. Julián es uno de esos casos de éxito, a este militar retirado del puerto de Santa María los médicos le diagnosticaron primero una bronquitis, que en realidad acabó siendo una miocarditis. Tenía el corazón dilatado por una infección que tuvo cuando estaba destinado en Somalia y necesitaba un nuevo corazón para seguir viviendo.

Tengo que esperar que alguien fallezca para que yo siga vivo porque esto no es un riñón que te puede dar un familiar y seguir con una vida... sino que esto es una cosa que depende de la solidaridad extrema de una familia. Es que esto se le pide a una familia en el peor momento en el que se le puede pedir algo”. Dice Julián que no hay palabras de agradecimiento para esas familias que en ese momento tan duro deciden regalar vida.

Él recibió, pero también quiere dar. Por eso Julián y su círculo más cercano se han hecho también donantes de órganos. Y así es como crece la cadena de la solidaridad. Cada éxito es un nuevo eslabón con nombre y apellidos. Cada minuto de vida de las personas trasplantadas es un milagro de la medicina moderna.

Pero lo grande es que todo este éxito va más allá de los quirófanos y el orgullo se extiende desde los cirujanos a los donantes, pasando por conductores de ambulancia, enfermeros, pilotos e incluso fuerzas de seguridad que participan también en cada dispositivo de trasplantes. Todos coordinados con la precisión de un reloj para que en muchos españoles siga sonando el tic-tac de la vida.

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