"Nadie se quiere hacer responsable del apagón, pero todos quieren responsabilizarse de la recuperación del sistema"
Escucha el monólogo de Pilar Cisneros del jueves 1 de mayo

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1 de mayo, días de puente sobre todo para los madrileños en una España de tiempo primaveral puro y duro. Tan pronto vamos a tener sol, como tendremos lluvia o tormentas, como nos puede soplar el viento.
Unas condiciones que más de uno verá como propicias para las energías renovables. Esto sería fácil de comprobar a través de Internet, en la página de Red Eléctrica. Normalmente, se puede acceder con facilidad a los datos de generación de electricidad en España. Basta con un golpe de clic y aparece una tabla de colores en la que se ve claramente qué tecnología y en qué porcentaje está produciendo electricidad.
Desde el Lunes, el día del gran apagón, hay que brujulear un poco más porque esa gráfica se quedó como España, desconectada y a día de hoy no ha vuelto a ser la misma.
Es cuestión de rebuscar un poco para dar con los datos de generación en tiempo real.
Mantener ese foco encendido no es una cuestión de electricidad sino de justicia y solidaridad"
Copresentadora de 'Mediodía COPE'
Para hacerse una idea hay que comparar. El lunes, a la misma hora a la que se fue la luz, era del 60% (curiosamente el mismo porcentaje de energía que según el presidente del Gobierno se perdió en un instante).
Aquel día, para entendernos, se estaba ondeando la bandera de la España renovable y se estaban poniendo todos casi todos los huevos en la misma cesta y, la cesta se rompió. Sabemos cómo, pero no el porqué.
Que España sea una potencia renovable no es nada malo. Es una energía limpia que abarata nuestra factura, pero, sinceramente, ya no me atrevo a decir que sea tan fiable como nos han contado durante años. Necesita un respaldo de otras tecnologías.
Y si es un sistema tan fiable y aun así saltaron los plomos es que, a lo mejor, el sistema no falló y lo hicieron los gestores que lo manejan. A ese espectáculo eléctrico asistimos ahora mismo: nadie se quiere hacer responsable del apagón, pero todos quieren responsabilizarse de la recuperación del sistema.
Y mientras nos fijamos en esto hay gente que todavía está pagando las consecuencias y algunas personas lo han hecho con el precio más alto. Por ejemplo, la junta de Castilla y León estudia si una mujer enferma de ELA murió porque su respirador se quedó sin baterías durante el apagón. Hay varios casos similares en España.
Hoy muchos españoles vivimos lo ocurrido como una anécdota porque llegamos a casa y funciona la nevera o el televisor, pero para un número importante de ciudadanos el apagón no ha acabo.
Esta misma mañana me han contado el caso de José. Tiene una explotación agrícola en Castilla la Mancha, su producción se basa en productos de invernadero que necesitan máquinas para mantener las condiciones de cultivo.
Esas máquinas no han vuelto a arrancar después del apagón y a la hora de reclamar... la pelota pasa de un tejado a otro. Nadie quiere asumir la factura y él ve cómo poco a poco se pierde su producto. Y yo me pregunto ¿cuántas personas más habrá como Jose en toda España?
Está muy bien poner el foco en buscar responsables y plantear soluciones. Es lo que toca. Pero no sería justo olvidar a quienes están pagando las consecuencias. Mantener ese foco encendido no es una cuestión de electricidad sino de justicia y solidaridad".