Nanorrobots contra el cáncer de vejiga, una realidad al 90%: "Pero se necesita mucha financiación"

"Se necesita casi más dinero que tiempo", reivindica en Mediodía COPE el investigador Samuel Sánchez. La esperanza está puesta en conseguirlo

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Samuel Sánchez, investigador del Instituto de Bioingeniería de Cataluña, en Mediodía COPE

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Aquel "las ciencias adelantan que es una barbaridad" que Bretón y De la Vega pusieron en boca de Don Hilarión en 'La verbena de la Paloma', no hay día que no se cumpla un poco más.

Y así tenemos que hablar de nanorrobots aplicados en la lucha contra el cáncer. Estamos hablando de que estos dispositivos microscópicos pueden revolucionar los tratamientos de oncología al administrar fármacos directamente sobre las áreas en las que se está produciendo el cáncer, evitando el deterioro derivado del tratamiento en el resto del organismo.

Para los que ya peinamos muchas canas, el pensar en la imagen de los diminutos robots recorriendo el cuerpo nos evocan a 'Érase una vez...', la serie que nos explicaba cómo funciona el cuerpo humano.

Los nanorrobots con los que está trabajando un grupo de investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña y del Centro de Investigación Cooperativa en Biomateriales del País Vasco, serían algo así: nanopartículas que, una vez introducidas en el cuerpo, van directamente al tumor de vejiga y liberan el tratamiento para curarlo.

En los ensayos con ratones, han conseguido reducir en un 90 % el tamaño de estos cánceres. Sin duda, un nuevo paso para luchar contra esta enfermedad que tiene una de las tasas de incidencia más elevadas del mundo. Es el cuarto tipo de cáncer más común entre los hombres. Aunque, eso sí, tiene buen pronóstico y una tasa de mortalidad muy baja.

Haciendo un simil con un coche, Samuel Sánchez, profesor ICREA de investigación del Instituto de Bioingeniería de Cataluña -y líder de este estudio-, explica que estos nanorrobots son unas pequeñísimas partículas esféricas (que serían el chásis del coche) en cuyas paredes tienen una enzima (moléculas que aceleran las reacciones químicas) llamada ureasa que sería el motor de propulsión. Dentro de la partícula iría la carga del coche, que sería el fármaco, que sale al exterior por unos poros que tiene la partícula. El combustible que necesitan este motor es la urea (las enzimas reaccionan al contacto con esta sustancia), una sustancia que se encuentra en la orina, por lo que se pueden mover hasta la vejiga.

"Vamos a tener como millones de nanorrobots que se están moviendo como pájaros o como peces, en bandadas enormes, conjuntamente, dentro de la vejiga hasta que llegan a la meta, al tumor", explica el profesor Sánchez a Pilar García Muñiz en Mediodía COPE.

Detail of DNA sampling tubes in Laboratorio forensic equipment, conceptual image

¿Qué novedad supondría la alternativa de los nanorrobots?

"Los tratamientos actuales son muy agresivos y no están eliminando el tumor y el enfermo debe ir al hospital 13 o 14 veces de media. Este sistema permitirá llegar el fármaco de forma más dirigida y eficiente, evitar efectos secundarios, reducir el coste porque habrá menos hospitalizaciones, menos intervenciones, y acelerará la eliminación del tumor que, con una dosis, elimina el 90 % que es un nivel muy elevado para ser la primera vez que se administra", explica el investigador.

Esa eficiencia del 90 % ha sido en las pruebas con ratones, es el primer paso y ahora "el segundo paso sería cambiar, ahora hemos hecho una radioterapia muy dirigida, muy directa y ahora sería probar los fármacos que están muy aceptados en la clínica y en ensayos con humanos, probarlos con los nanorrobots y lo siguiente es ver qué pasa con el ratón si el tumor, ese 10 % vuelve a crecer o no y esa recurrencia se puede eliminar", detalla el profesor Samuel Sánchez.

Decenas de miles de millones para que la ciencia avance y sea una realidad

Para que los nanorrobots sean una auténtica realidad "se necesita casi más dinero que tiempo y que las agencias regulatorias vayan aceptando lo que estamos haciendo y que sepamos hacerlo y creemos que dentro de tres o cuatro años lo conseguiremos, pero se necesita mucho dinero, mucha financiación", reivindica el científico.

A continuación deja una pregunta crucial para que esta nueva solución contra el cáncer sea una realidad en un futuro no muy lejano: "¿Cuántas decenas de millones se necesita? Hablamos de mucho dinero, pero vale la pena empujar a la ciencia y atraer los fondos para llegar al primer ensayo con pacientes y poder ver estas tecnologías más personalizas y más dirigidas para mejorar la vida de los pacientes", concluye.

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