Pepe Cuenca, “el Manolo Lama del ajedrez”: "Esta disciplina se parece un poco al baloncesto"
Este Gran Maestro Internacional de Ajedrez narra las partidas entre chascarrillos y bromas
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Si hablamos de comentaristas, es inevitable que la mente se vaya al fútbol: esa imagen de nuestro compañero Manolo Lama narrando los partidos como si le fuera la vida en ello.
Sin embargo, son muchos los profesionales que se dedican a describir las jugadas en otras disciplinas deportivas.
¿Cómo te imaginas que se relata una partida de ajedrez? Si estás pensando en algo tranquilo y serio es que no has escuchado a Pepe Cuenca. Para que te hagas una idea es “el Manolo Lama del ajedrez”. Contagia su entusiasmo.
Este granadino acumula muchos premios en campeonatos, es Gran Maestro Internacional de Ajedrez. También es Ingeniero de Caminos y doctor en Matemática Aplicada. Pero le vamos a presentar como comentarista de ajedrez.
Piensa en los numerosos streamers que están de moda, y que cuentan en directo sus partidas de videojuegos. Pues Pepe Cuenca es algo parecido. Es un ejemplo de que el humor y el entretenimiento pueden suponer el remedio ideal para sobrellevar esos periodos de tiempo que se hacen eternos entre una jugada y otra. No duda en introducir todo tipo de chascarrillos y bromas, y dar una dinámica inusual.
Pepe explica cómo llegó a este campo: “Todo por casualidad, porque yo estaba retirado, estaba trabajando en Alemania. Y un día vino a visitarme un amigo y me dijo que fuera con él a una empresa de ajedrez, le habían contratado allí. Me dijeron que si quería presentar las partidas de los super élite”.
Lo que no sabemos es qué opinan los puristas del ramo de sus análisis tan singulares. Pero lo que es seguro es que está creando una verdadera legión de seguidores.
Según nos cuenta Pepe el origen de su estilo está en el baloncesto: “Nosotros somos muy fan de la NBA. En cierta manera el ajedrez se parece un poco al baloncesto en el sentido en que hay muchas pausas y muchos tiempos muertos”.
Parece ser que cada vez tiene más éxito en las transmisiones y no es de extrañar.