La parte traumática de ver un OVNI

Experiencias y testimonios de haber visto un OVNI hay muchísimas pero... ¿qué hay del factor humano? ¿Cómo queda la persona que ha sido testigo de algo así? Esta semana, la sección de misterio de 'Poniendo las calles' ha querido centrarse en esto.

Por eso David Cuevas ha hablado con Alan Stivelman, el director de la película-documental Testigo de otro mundo, que cuenta cómo ha sido la vida de Juan Pérez, un argentino que vive en el campo recluido a sus 51 años desde que a los 12 tuviera una experiencia de este tipo.

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La historia es la siguiente: a esa edad, Juan ya trabajaba en el campo. Un día se encuentra con una especie de platillo volante con mucha luz del que desciende una escalerilla por la que sube. Juan se mete dentro y observa "seres luminosos haciendo cosas extrañas", cuenta David, "uno de ellos -añade-, cortando un tipo de carne". Esos seres se comunican con él, Juan baja después y todo lo que ha visto desaparece.

Esa es toda la historia, pero lo que cuenta Testigo de otro mundo tiene más que ver con cómo ha vivido este hombre a lo largo de su vida. Según cuenta su director, su relato le distanció de su familia y sus amigos. Juan estaba "marcado". Stivelman recuerda que cuando conoció al protagonista de su obra "estaba atravesado por el dolor", totalmente traumatizado.

De hecho, en su investigación para el rodaje, el director cuenta que la madre de Juan le contó "entre lágrimas" que había sido víctima de un fenómeno parecido.

Aquel suceso que sufrió Juan tiene cuatro testigos más. Uno de ellos es Carlos: su coche se le paró a mitad de camino y vio "hasta siete naves" y seres muy parecidos a los que describe el protagonista.