Así puedes evitar la multa de 600 euros y que no salte un radar por cualquier ciudad: los límites de velocidad

Evitar una multa de 600 euros por exceso de velocidad y la posible pérdida de puntos en el carnet es una preocupación constante para los conductores, especialmente cuando circulan por las calles de las ciudades. Los límites de velocidad en las vías urbanas son claros, pero hay un aspecto fundamental que muchos desconocen: el margen de error de los radares. Este detalle puede marcar la diferencia entre una infracción y una conducción segura, algo que conviene tener siempre en cuenta.

Según el artículo 50 del Reglamento General de Circulación de 2020, las velocidades permitidas en las vías urbanas varían dependiendo del tipo de calle en la que nos encontremos. En las calles con calzada única para coches y peatones, el límite es de 20 km/h. Este tipo de vías se encuentra principalmente en zonas residenciales o áreas con un alto flujo de peatones, donde la prioridad es la seguridad de los viandantes. 

En las calles con un solo carril por sentido, el límite de velocidad se eleva a 30 km/h, mientras que en las vías con dos o más carriles por sentido, que suelen ser las principales arterias de las ciudades, el límite llega hasta los 50 km/h.

Sin embargo, lo que a menudo pasa desapercibido es que los radares, esos temidos cinemómetros, no son perfectos. Como explica Alfonso García 'Motorman', experto en movilidad y seguridad vial, los radares tienen un margen de error que puede variar dependiendo de la velocidad máxima permitida en cada zona. Este margen significa que, en la mayoría de los casos, si superas el límite de velocidad por unos pocos kilómetros, es posible que el radar no te sancione.

Así puedes evitar la multa de 600 euros

Por ejemplo, en una zona limitada a 20 km/h, el radar no te multará hasta que alcances los 24 km/h. De igual forma, en zonas de 30 km/h, el margen de error permite circular hasta los 34 km/h sin riesgo de multa, y en las calles de 50 km/h, este margen se extiende hasta los 54 km/h. Este detalle puede parecer una invitación a "pisar el acelerador", pero es importante recordar que estos márgenes no deben ser vistos como una autorización para sobrepasar los límites establecidos.

Las consecuencias de exceder significativamente estos límites son graves. Si duplicas la velocidad máxima permitida en una zona urbana, la multa puede ascender a 600 euros, además de la pérdida de 6 puntos en el carnet de conducir. Por ejemplo, si circulas a 40 km/h en una calle limitada a 20 km/h o a 60 km/h en una vía con límite de 30 km/h, te arriesgas a una sanción severa que no solo afectará a tu bolsillo, sino que también podría tener repercusiones en tu historial de conductor.

Por eso, la recomendación es clara: mantener la velocidad dentro de los límites establecidos es la mejor manera de evitar problemas. Si bien es cierto que los radares permiten un margen, confiar en él para circular por encima de los límites es un riesgo innecesario. La prudencia es siempre la mejor opción, y reducir aún más la velocidad en zonas con alta densidad de tráfico o presencia de peatones es una práctica muy recomendable.

Además, siempre debes estar atento a las señales de tráfico, ya que las velocidades máximas permitidas pueden cambiar dependiendo de la zona o de las condiciones de la vía. Las autoridades también emplean radares móviles o señales de advertencia, que ayudan a los conductores a ser conscientes de los límites y evitar sorpresas desagradables.