Las carreteras catalanas muy concurridas en alerta por su estado: aquí se encuentran los tramos negros

Según datos del último informe de la Red de Carreteras del Estado, en el periodo 2021-2023, hay 21 zonas de máximo riesgo y, entre ellas, hay varias en Cataluña

Muere un motorista al chocar con un coche en la N-260 en Pont de Bar (Lleida)
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Poniendo las Calles

Alfonso García 'Motorman' da los datos con las comunidades que tienen un mayor número de carreteras de riesgo elevado

José Manuel Nieto

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4 min lectura

Cataluña se enfrenta a una creciente preocupación por el estado de su red viaria. Según los datos más recientes del informe 2021-2023 de la Red de Carreteras del Estado, que evalúa los tramos de mayor riesgo en cuanto a accidentes mortales y graves, se han identificado 21 tramos "negros" a nivel nacional, es decir, aquellos con un alto riesgo de accidentes. Varias de estas zonas se encuentran en Cataluña, donde el estado de las carreteras es motivo de alarma. Este informe pone de relieve la necesidad urgente de tomar medidas para mejorar la seguridad vial, sobre todo en las zonas más afectadas.

El informe destaca algunos de los tramos de mayor riesgo de Cataluña, como la N-230, la N-240 y la N-260, todas ellas con índices elevados de peligrosidad. La N-230, que atraviesa el Pirineo catalán, tiene un índice de riesgo de 85,3, con 5 fallecidos y 0 heridos graves entre 2020 y 2022. Esta carretera, especialmente en sus tramos montañosos, es conocida por su trazado sinuoso y el alto volumen de tráfico en determinados momentos del año, lo que eleva considerablemente la posibilidad de accidentes.

Por su parte, la N-240, que conecta diversas comarcas de Cataluña, presenta un índice de riesgo de 71,2, y ha sido escenario de 6 muertes y un herido grave durante el mismo periodo. Esta carretera, que también soporta un elevado volumen de tráfico en las épocas vacacionales, ha sido señalada como una de las más peligrosas en la región. Otro tramo destacado es la N-260, con un índice de riesgo de 65,8, que también figura en la lista de tramos negros. En este caso, se registraron 7 fallecidos, aunque afortunadamente no se produjeron heridos graves.

Un tramo de la N-260, el Eje Pirenaico

GOVERN

Un tramo de la N-260, el Eje Pirenaico

El informe también señala que los tramos más peligrosos suelen ser aquellos que cuentan con una infraestructura más antigua y deficiente, típicos de las carreteras convencionales, de una sola vía y sin separación física entre los carriles. Este tipo de vías, además de contar con cruces al mismo nivel, son más susceptibles a los accidentes debido a la falta de medidas de seguridad. En muchos de estos tramos, el tráfico es menor, lo que genera una falsa sensación de seguridad que puede incitar a los conductores a tomar riesgos innecesarios, como acelerar más de lo debido o no prestar suficiente atención a las condiciones de la vía.

Los tramos negros

Lo más sorprendente de este informe es que, de los 82 tramos con riesgo elevado, solo 2 cuentan con un radar fijo de control de velocidad. Esta cifra es alarmante, ya que el exceso de velocidad es una de las principales causas de accidentes graves, y la falta de medidas de control, como los radares, deja una gran parte de la responsabilidad sobre los conductores. Las autoridades deberían considerar la instalación de más radares en estas zonas de alto riesgo, especialmente en las carreteras catalanas que presentan una mayor peligrosidad, para así intentar reducir el número de accidentes fatales.

Aunque la infraestructura viaria tiene un papel esencial en la seguridad de las carreteras, el informe también subraya que, en general, las vías con mayor densidad de tráfico tienden a ser más seguras. En estas carreteras, el mayor número de vehículos en circulación fomenta una mayor vigilancia y control, lo que ayuda a mantener un nivel de seguridad más alto. En cambio, en los tramos menos transitados, los conductores pueden relajarse más de la cuenta, lo que incrementa las probabilidades de accidentes.

Este informe también muestra que, en los últimos años, se ha registrado un incremento de casi un 18% en los accidentes en la Red de Carreteras del Estado, lo que subraya la necesidad de una revisión urgente de la infraestructura y de los métodos de control de tráfico. En Cataluña, esta situación es aún más preocupante, ya que sus carreteras son esenciales tanto para el transporte interno como para los turistas que visitan la región.

El motorista circulando por la N-240

MOSSOS D'ESQUADRA

El motorista circulando por la N-240

A pesar de la creciente preocupación por el estado de las carreteras en Cataluña y otras comunidades con tramos negros, los datos de este informe dejan claro que se requieren medidas inmediatas. Es imprescindible que las autoridades lleven a cabo mejoras en el trazado de las vías más peligrosas, ampliando los carriles, mejorando la señalización y estableciendo sistemas de seguridad más avanzados. Además, las campañas de concienciación sobre seguridad vial deben ser una prioridad para evitar que más conductores y pasajeros se vean involucrados en tragedias evitables.

Las carreteras catalanas

En cuanto a la vigilancia y el control, la presencia de agentes de tráfico en las zonas de mayor riesgo, así como la instalación de más radares de velocidad, son pasos fundamentales para frenar la creciente tasa de accidentes. Mientras tanto, los conductores deben ser más conscientes de los peligros que entrañan las carreteras de alto riesgo y actuar con la máxima precaución en sus trayectos por estas vías.

Cataluña, como tantas otras regiones de España, necesita urgentemente un cambio en la forma en que se gestionan y mantienen sus carreteras. La seguridad de los conductores y la reducción de accidentes son responsabilidades que no pueden seguir siendo ignoradas.

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