Una experta sabe cuánta ropa tienes en el armario y no te pones en ningún momento: "Si tuvieras 100 prendas..."

Anita Ruiz, experta en imagen y comunicación, revela datos de consumo en moda que muestran cómo la sociedad ha cambiado de mentalidad

José Manuel Nieto

Publicado el

4 min lectura

      
      
             
      

La moda, más allá de las tendencias y el glamour, refleja muchas de las transformaciones que atraviesa la sociedad. Desde hace años, vivimos una auténtica revolución en el consumo de ropa, impulsada por la moda rápida o fast fashion, y en la actualidad, la velocidad y la facilidad para comprar han alcanzado cotas insospechadas. Sin embargo, como revela la experta en imagen y comunicación Anita Ruiz, este fenómeno no ha llegado sin consecuencias, y uno de los efectos más curiosos es que muchísima ropa que compramos nunca llega a ver la luz.

En una reciente intervención en Poniendo las Calles, Anita Ruiz ofreció datos reveladores sobre el consumo de moda en las últimas décadas. Según los expertos, tan solo un 20% de la ropa que tenemos en nuestros armarios se utiliza regularmente, lo que significa que el 80% restante está "muerta de risa" en las perchas. Este fenómeno es un claro reflejo de la sociedad del exceso en la que vivimos, donde las rebajas, los descuentos y la moda rápida nos empujan a consumir más y más, a menudo sin necesidad real de hacerlo.

Ruiz, quien se ha especializado en el estudio de la imagen y el consumo responsable, señala que el acceso masivo a la moda a través de plataformas online y las tiendas de bajo coste han cambiado nuestra forma de pensar. "Antes, la ropa era cara, escasa y de calidad. No se compraba tanto y se mantenía durante años. Hoy, en cambio, tenemos ropa barata, pero compramos en exceso", explica la experta.

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Hombre buscando una camisa colgada en la barra de su armario, vista en primera persona mirando hacia abajo desde sus brazos

Este cambio de paradigma ha tenido implicaciones más allá de lo económico. Por ejemplo, en cuanto a la diversidad de tallas, las plataformas de fast fashion han abierto las puertas a un espectro mucho más amplio de opciones, permitiendo que las personas con cuerpos que antes no tenían acceso a ropa moderna ahora puedan expresarse a través de la moda. De este modo, aunque las plataformas de bajo coste tienen su parte positiva, Ruiz también alerta sobre los riesgos que conlleva este consumo masivo e impulsivo.

¿Es realmente una ganga?

Una de las grandes preguntas que surge al hablar de las rebajas es si realmente estamos ahorrando o, por el contrario, estamos malgastando dinero. Como explica Anita, la clave de una compra consciente es preguntarse si la prenda que estamos adquiriendo realmente completa lo que ya tenemos en el armario. "Si te preguntas dos veces si lo necesitas y si realmente lo vas a utilizar, entonces sí, estás haciendo una compra responsable", afirma.

El problema es que, a menudo, compramos prendas solo porque están en oferta, sin pensar en su utilidad o en el coste a largo plazo. Anita pone el ejemplo de un abrigo de calidad que puede parecer caro al principio, pero que a lo largo de los años se amortiza gracias al número de veces que lo usas, frente a un vestido de fiesta que solo utilizarás una vez.

      
             
      

¿Son las rebajas una oportunidad genuina para ahorrar o son una trampa de consumismo? Para Anita, la respuesta radica en cómo abordamos las rebajas. Un consumo consciente comienza con una revisión del armario. "Si no sabes qué tienes o si no eres capaz de recordar la última vez que usaste una prenda, entonces probablemente sea momento de hacer limpieza", aconseja.

Las rebajas de invierno

Es cierto que las rebajas pueden ser una excelente oportunidad para adquirir básicos de calidad, esos artículos que usaremos repetidamente y que nos acompañarán durante varias temporadas. Sin embargo, la experta advierte que muchas veces compramos por impulso, atraídos por los descuentos, y terminamos con prendas que no aportan nada a nuestro vestuario.

Hacer el ejercicio de la reflexión

Anita Ruiz propone un ejercicio muy sencillo para ser más conscientes de nuestro consumo: hacer una revisión de lo que hemos gastado en rebajas durante el año. A menudo, gastamos pequeñas cantidades aquí y allá en ropa barata, y cuando sumamos el total, podemos darnos cuenta de que ese dinero podría haberse invertido de una forma más sabia, comprando algo más duradero o de mejor calidad.

      
             
      

Además, la experta recomienda no solo pensar en lo que compramos, sino también en cómo lo compramos. "El coste por uso", es decir, cuánto nos cuesta realmente una prenda dependiendo de las veces que la usamos, es un indicador clave para evaluar nuestras compras. Si un abrigo te cuesta 100 euros pero lo vas a usar todos los inviernos durante años, el coste por uso es infinitamente menor que un vestido de 50 euros que solo vas a ponerte una vez.