El gesto que debes hacer al arrancar el coche para evitar averías y fallos en el motor: "En otoño e invierno"
El experto en motor Alfonso García 'Motorman' explica por qué es bueno dejarlo al ralentí "unos 40 o 50 segundos, sin acelerar y sin ninguna marcha insertada"
Publicado el
2 min lectura
Cuando llega el otoño e invierno, las bajas temperaturas pueden afectar el rendimiento de tu coche, especialmente por las mañanas cuando el motor aún está frío. Un experto en motor, Alfonso García 'Motorman', ha explicado en el programa Poniendo las Calles un gesto sencillo.
Es importante que todos los conductores tengan en cuenta esto para evitar futuros problemas mecánicos y asegurar el buen funcionamiento de su vehículo: dejar el coche al ralentí unos segundos después de arrancarlo.
Tras el arranque, es recomendable dejar el motor en ralentí durante unos 40 o 50 segundos antes de comenzar a conducir, sin acelerar y sin ninguna marcha insertada. Esta práctica ayuda a permitir que el aceite llegue de manera uniforme a todas las partes del motor, lo cual es crucial en los días fríos.
Según 'Motorman', de esta manera se pueden prevenir posibles daños en el motor, en especial en componentes como el cigüeñal y los casquillos de biela, que son esenciales para el buen funcionamiento del motor.
El gesto que debes hacer
El motivo de este gesto es que, al arrancar el coche, el motor está frío y no ha tenido tiempo de alcanzar la temperatura óptima de funcionamiento.
Al dejarlo al ralentí durante unos segundos, se facilita la lubricación interna del motor, lo que contribuye a un arranque más suave y reduce el desgaste de las piezas internas.
Sin este tiempo de ralentí, el motor tiene que esforzarse más de lo necesario, lo que podría provocar un desgaste prematuro y, con el tiempo, fallos en el sistema de encendido y otros componentes esenciales.
Otro consejo importante que da Alfonso García es pisar el pedal del embrague siempre que vayamos a encender el vehículo.
averías y fallos en el motor
Esto interrumpe la transmisión entre el motor y la caja de cambios, evitando que los engranajes de la transmisión, el disco de embrague y otros componentes se muevan innecesariamente durante el arranque.
Al hacer esto, se reduce el esfuerzo tanto del motor de arranque como de la batería, lo que previene fallos relacionados con estos sistemas y mejora la durabilidad del vehículo.