La investigadora española del aburrimiento y el origen de tu frustración por aprovechar el tiempo: "Es un escaso regalo"
La filósofa Josefa Ros Velasco explica a Carlos Moreno 'El Pulpo' los efectos de esta carga mental habitual justo cuando tenemos este pensamiento por el cambio de hora
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El cambio de horario que se produce en España este fin de semana, al pasar de horario de verano a invierno, no solo altera nuestros relojes, sino que también invita a una profunda reflexión sobre la naturaleza del tiempo y cómo lo gestionamos en nuestras vidas. En una reciente entrevista en el programa Poniendo las Calles, el presentador Carlos Moreno 'El Pulpo' conversó con la investigadora y filósofa Josefa Ros Velasco, quien compartió sus valiosas ideas sobre el tiempo, la frustración humana y el equilibrio necesario entre el deber y el placer.
Josefa Ros Velasco expone que la conciencia del paso del tiempo es un tema que ha atormentado a la humanidad desde sus inicios. Desde la antigüedad, filósofos y pensadores han reflexionado sobre el significado del tiempo y cómo este afecta nuestra existencia.
La noción de que cada instante es precioso y limitado genera una presión constante para aprovecharlo al máximo. Esta presión se intensifica con cada cambio de hora, un momento en el que somos forzados a reevaluar nuestras rutinas y prioridades.
El dilema entre el "tiempo del deber" y el "tiempo del poder" es fundamental en la discusión. El primero se refiere a las obligaciones diarias que debemos cumplir, como el trabajo y las responsabilidades familiares. Por otro lado, el "tiempo del poder" es ese escaso espacio que tenemos para decidir cómo queremos invertir nuestro tiempo libre. Esta dicotomía es crucial para entender por qué muchas personas sienten frustración ante la idea de perder tiempo, especialmente cuando se acercan cambios como el del horario.
El origen de tu frustración
La investigadora destaca que el ser humano se siente incómodo con la idea de "perder el tiempo". La vida es un regalo limitado, y la posibilidad de que se escape sin que lo hayamos aprovechado genera ansiedad. Sin embargo, la búsqueda de un equilibrio no debería llevarnos a una sobrecarga de actividades. La autocompasión y la aceptación de momentos de inactividad son también esenciales para nuestro bienestar.
Además, Ros Velasco subraya la importancia de aprender a saborear cada momento, en lugar de correr constantemente para "hacer más". Vivimos en una sociedad que valora la productividad por encima del bienestar personal, lo que a menudo nos lleva a sentir que nuestro tiempo está malgastado si no estamos ocupados. Este ritmo de vida frenético puede resultar perjudicial, llevándonos a un estado de agotamiento y frustración.
El cambio de hora también resalta cómo pequeños ajustes en nuestras rutinas pueden tener un impacto significativo en nuestra salud física y mental. La investigadora menciona que muchas personas experimentan dificultades para adaptarse a los cambios, lo que puede generar somnolencia y mal humor durante los días siguientes. Esta adaptación no solo afecta nuestro estado de ánimo, sino que también puede influir en nuestras relaciones y nuestra productividad.
Por lo tanto, es esencial que abordemos la llegada del horario de invierno con una mentalidad abierta y flexible. Un consejo que se sugiere es anticipar este cambio ajustando gradualmente nuestros horarios unos días antes. Este enfoque permite que nuestro cuerpo y mente se adapten de forma más suave, minimizando el impacto negativo del cambio repentino.
La investigadora española del aburrimiento
La conversación con Josefa Ros Velasco en Poniendo las Calles es un recordatorio de que el tiempo no es solo una medida que organizamos, sino un recurso valioso que debemos gestionar con sabiduría. La frustración por el paso del tiempo puede transformarse en una oportunidad para reevaluar nuestras prioridades y aprender a disfrutar tanto de las obligaciones como del tiempo libre.
En conclusión, el cambio de hora no es solo un fenómeno mecánico, sino un momento de reflexión sobre cómo vivimos nuestras vidas y cómo elegimos invertir nuestro tiempo. La próxima vez que ajustemos nuestros relojes, recordemos que, en última instancia, la calidad de nuestro tiempo se mide no solo por la cantidad de actividades que realizamos, sino por el significado que les otorgamos.