Le ponen una croqueta en un bar de Barcelona hace 50 años y lo que vio hace que no la olvide: "Estaba pegada"

Un vecino de la Ciudad Condal recuerda lo que le ocurrió en un local de hostelería que sigue en su pensamiento, pese a que ha pasado mucho tiempo

José Manuel Nieto

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En el mundo de la gastronomía, las anécdotas relacionadas con imprevistos desagradables son bastante comunes. Sin embargo, algunas son tan impactantes que no se olvidan nunca. Este es el caso de Orlando, un vecino de Barcelona, quien hace más de 50 años tuvo una experiencia que aún le persigue. Su relato, compartido a través de un comentario en el perfil de Facebook de Poniendo las Calles, nos revela una historia de asco y sorpresa que ni el paso del tiempo ha logrado borrar de su memoria.

Orlando recuerda cómo, en un bar de la Ciudad Condal, le sirvieron unas croquetas que marcaron un antes y un después en su relación con la gastronomía local. "En una de las croquetas había una cucaracha pegada", cuenta con repulsión. Una revelación que, aunque ocurrió hace más de medio siglo, sigue provocando náuseas al oyente cada vez que lo recuerda. "Cada vez que lo recuerdo, me dan náuseas. Y ya pasaron 50 años. No creo que vuelva a poder comerme una croqueta en condiciones", asegura.

El impacto que esta experiencia dejó en Orlando es evidente. No solo porque la aparición de un insecto en un plato de comida es una de las situaciones más desagradables que puede vivir cualquier comensal, sino porque la croqueta, un plato tradicionalmente asociado con la comida casera y reconfortante, quedó marcada para siempre en su memoria por un incidente que nada tiene de apetitoso. La cocinera o el camarero no fueron culpables de un error humano en este caso, sino de la falta de higiene y control de calidad en el establecimiento, que permitió que un insecto llegara a ser parte de su plato.

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Croquetas caseras tradicionales españolas o croquetas en plato sobre una hoja de lechuga

En el programa Poniendo las Calles, Bea Calderón se encargó de transmitir la anécdota que un oyente había compartido en la página de Facebook del programa, lo que permitió dar voz a estas experiencias tan comunes como escalofriantes.

Una croqueta en un bar de Barcelona

La historia de Orlando se suma a otras no menos desagradables, como la de Carlos Moreno, 'El Pulpo', quien también relató su mala experiencia en un restaurante chino, donde un rollito de primavera contenía un hueso extraño. Ambos testimonios, aunque de distinta índole, comparten la misma sensación de horror ante un descuido que convierte la experiencia culinaria en una pesadilla.

El hecho de que haya pasado tanto tiempo y que Orlando siga sin poder disfrutar de una simple croqueta es un recordatorio de la importancia de mantener altos estándares de higiene y limpieza en cualquier establecimiento de restauración. La confianza del cliente es frágil, y cuando se quiebra, como en este caso, es muy difícil de recuperar.

Aunque la anécdota pueda parecer algo menor en un primer vistazo, es una muestra clara de cómo los pequeños detalles en la hostelería pueden marcar una diferencia enorme. La historia de Orlando y su croqueta pegada se convierte así en una advertencia: un simple error, o la falta de control, puede llevar a un cliente a perder el apetito de por vida por un plato tan común como la croqueta.

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Croquetas españolas. La croqueta es una porción de masa hecha a partir de una salsa densa como la bechamel y un picadillo de diversos ingredientes o verduras.

Lo que más destaca de este relato es, quizás, la durabilidad de la experiencia en la mente de Orlando, que a pesar del paso del tiempo, sigue siendo una referencia imborrable en su vida. En una ciudad tan vibrante y cosmopolita como Barcelona, una ciudad que vive por y para su cultura gastronómica, anécdotas como estas nos recuerdan que, incluso en el entorno más relajado y familiar, la atención a los detalles nunca debe fallar.

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