Mateo, voluntario en la DANA de Valencia: "Las calles están llenas de chavales jóvenes y la moral de los vecinos es alta"

Este estudiante en Madrid le cuenta a Carlos Moreno 'El Pulpo' cómo dejó el coche a 45 minutos de Masanasa con más amigos para ayudar a los afectados por las inundaciones

José Manuel Nieto

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

      
      
             
      

Mateo, un joven universitario de 20 años que vive en Madrid, forma parte del grupo de voluntarios que acudió a la zona de Valencia afectada por las fuertes lluvias de la DANA que devastó varios pueblos de la región. En una entrevista con Carlos Moreno "El Pulpo" en el programa Poniendo las Calles, Mateo relató su experiencia en el terreno, donde él y sus amigos se unieron a la ola de solidaridad para ayudar a los vecinos afectados por las inundaciones. 

El relato de Mateo comenzó cuando, tras varias semanas de ver la situación crítica en las noticias y en redes sociales, decidió junto con sus amigos viajar a Valencia para prestar su ayuda. A pesar de las dificultades logísticas, como el acceso restringido a las zonas afectadas, Mateo y su grupo de voluntarios llegaron hasta un polígono industrial cercano a Masanasa, donde aparcaron el coche a unos 45 minutos a pie de las zonas más dañadas. 

Durante ese recorrido, Mateo comentó cómo las calles estaban colapsadas con barro y escombros, y cómo se encontraba con numerosos otros voluntarios que también habían optado por aparcar en las afueras debido a las restricciones de acceso.

EFE

Continúan las labores de retirada de barro en Masanasa

Una vez en el centro de Masanasa, un área clave de distribución de ayuda, Mateo se unió a un grupo de voluntarios que estaban trabajando en un garaje inundado. Allí, tuvieron que retirar el barro con palas, que era acumulado en cubos y trasladado a la calle a través de una cadena humana. 

"Las calles están llenas de chavales jóvenes"

Las escenas eran desoladoras: muchas viviendas afectadas por las lluvias y las inundaciones habían quedado irreconocibles, con los vecinos tirando a la calle sus pertenencias arruinadas, desde muebles hasta recuerdos personales, todo cubierto de lodo.

A pesar de las duras condiciones, Mateo destacó algo que le sorprendió profundamente: la alta moral de los vecinos afectados. "Las calles estaban llenas de chavales jóvenes y la moral de los vecinos era alta", contó. A pesar de las pérdidas materiales, el ánimo de los habitantes de la zona parecía intacto gracias a la presencia de los voluntarios, muchos de ellos jóvenes como Mateo. "Lo que más les ayudaba era que los voluntarios les acompañaban, les daban un poco de conversación y distracción de todo el barro", señaló.

      
             
      

Mateo también subrayó la gran organización de la ayuda humanitaria en la zona. En el centro de apoyo en Masanasa, se distribuían productos de higiene, comida, y atención médica básica a los afectados, todo gestionado por un equipo de voluntarios. La solidaridad se respiraba por cada rincón: desde un grupo de trabajadores locales limpiando con hidrolimpiadoras hasta voluntarios que se ofrecían para restablecer el suministro eléctrico de los edificios dañados.

EFE

Bomberos achican agua en un túnel en Masanasa

El testimonio de Mateo no solo pone en valor el esfuerzo de los voluntarios que se desplazaron hasta la zona para ayudar, sino también el de los propios vecinos, que, a pesar de la devastación, seguían mostrando una gran capacidad de resiliencia. "La gente ayudaba con lo que podía", señaló Mateo, refiriéndose a los habitantes del pueblo que se unían con sus propios recursos para ayudar a la comunidad.

Mateo, voluntario en la DANA de Valencia

El joven voluntario destacó que, aunque su trabajo fue físicamente agotador, lo que más le impresionó fue la sensación de impotencia al ver que, a pesar del esfuerzo, todavía quedaba mucho por hacer. 

      
             
      

Las imágenes de la destrucción eran mucho más impactantes en persona que lo que se veía en los medios de comunicación, y Mateo dejó claro que aún quedaba mucho trabajo por hacer en la zona, motivo por el cual ya planea regresar. A pesar de la tristeza por la magnitud de la tragedia, Mateo se mostró optimista y convencido de que la juventud está jugando un papel clave en la reconstrucción de las comunidades afectadas.