Unas monjas le enseñan a leer en Guinea y casi 40 años después esto es lo que hace en su memoria: "Enfadé a mi familia"

En las historias de vida que marcan el rumbo de un país, hay relatos que, más allá de las fronteras geográficas, trascienden por su humanidad y por el impacto que una educación puede tener en la vida de las personas. Esta es la historia de Nicéforo Obama, un hombre nacido en Guinea Ecuatorial, cuya vida dio un giro fundamental gracias a la labor de las Carmelitas de la Caridad de Vedruna, que, a finales de los años 80, llegaron a la isla para enseñar a niños como él a leer y escribir. Un relato que, casi 40 años después, nos recuerda la importancia de la educación y la fe en la transformación social.

En 1980, las carmelitas aterrizaron en Guinea Ecuatorial, un país que, aunque ya independiente desde 1968, seguía con una fuerte presencia de la herencia española. Las monjas no solo se encargaron de centros de salud, sino que crearon un centro de formación donde impartieron clases de carpintería, cocina, agricultura y, lo más importante para Nicéforo, clases de lectura y escritura. En un país donde el acceso a la educación era limitado, este proyecto educativo se convirtió en una tabla de salvación para muchos niños y jóvenes.

Nicéforo recuerda con cariño y emoción el impacto de aquellas monjas en su vida. De entre ellas, una figura fundamental fue Paulina Sánchez, quien le enseñó a leer y escribir. Para Nicéforo, el proceso de aprendizaje no solo implicó el conocimiento de las letras, sino también el descubrimiento de la fe. "Me preguntaba por qué lo hacían", recuerda, hasta que comprendió que su dedicación era un acto de entrega, inspirado por Santa Joaquina, y que su vocación no solo era educativa, sino espiritual.

Lo que para Nicéforo comenzó como un aprendizaje académico y moral, se convirtió en una transformación profunda en su vida. A pesar de ser hijo mayor de una madre soltera, que soñaba con que él pudiera ser maestro y sacar a su familia adelante, Nicéforo decidió tomar un camino diferente.

"Enfadé a mi familia"

Su sueño era ser sacerdote, un deseo que causó una gran sorpresa y enfado en su familia, que no entendía por qué no quería seguir el camino de la enseñanza convencional. "Cuando les digo que quiero ser sacerdote, fue monumental el enfado", recuerda Nicéforo, quien a los 14 años ingresó en el seminario.

El camino no fue fácil. Pasó por años de formación académica y espiritual, logrando completar su secundaria y formándose en el seminario mayor, donde estuvo seis años antes de ser ordenado diácono. Finalmente, el 25 de marzo de 2014, Nicéforo Obama se ordenó sacerdote, marcando un hito en su vida y en la de su comunidad. 

Desde entonces, ha sido una figura clave para su familia y su pueblo, a quienes acuden en busca de orientación y apoyo en momentos difíciles. Sin embargo, la historia de Nicéforo no se detiene ahí. Tras la desaparición de la casa de las carmelitas en 2019, por la falta de vocaciones religiosas, Nicéforo decidió ampliar su horizonte.

Actualmente, se encuentra en España, donde está formándose como periodista con un sueño claro: crear una emisora de radio en Guinea Ecuatorial. A través de la comunicación, Nicéforo quiere difundir el español en su país y ayudar a la comunidad a seguir creciendo, tal como las carmelitas lo hicieron con él hace más de tres décadas.

Casi 40 años después

La historia de Nicéforo Obama es un testimonio del poder transformador de la educación y la fe, y de cómo una decisión aparentemente pequeña, como la de aprender a leer, puede cambiar el destino de una vida. Su historia también refleja la importancia de la generosidad y el compromiso social, especialmente en contextos como el de Guinea Ecuatorial, donde la labor de las misiones religiosas ha sido fundamental para el desarrollo de la comunidad. 

Ahora, como sacerdote y futuro periodista, Nicéforo continúa su misión de servir a los demás y ayudar a su país, siguiendo el legado de las monjas que un día le enseñaron a leer y a creer.