Por qué las personas que más compran vinilos no tienen un reproductor para escucharlos: "No saben ni cómo funciona"

Jorge Plané, DJ de Cadena 100, explica a Carlos Moreno 'El Pulpo' qué hay detrás del boom de la venta de estos discos de música

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Desde hace algunos años, el vinilo ha experimentado un verdadero boom en ventas. En 2022, las ventas de vinilos superaron por primera vez a las de los CDs en Estados Unidos, y la tendencia ha alcanzado con fuerza también a España. Se trata de un fenómeno global que va más allá del simple coleccionismo o el gusto por lo retro, con reediciones de clásicos, ediciones limitadas y nuevos lanzamientos pensados para este formato. Sin embargo, a pesar de este auge, existe un aspecto desconcertante que no todos parecen tener en cuenta: muchas de las personas que compran vinilos no tienen un tocadiscos para escucharlos.

Jorge Plané, conocido DJ de Cadena 100 y veterano de la escena musical, lo explica con claridad: "Mucha gente de los que compra vinilos hoy en día, sobre todo los más jóvenes, no tienen ni tocadiscos ni idea de cómo funcionan", comenta en Poniendo las Calles de Carlos Moreno 'El Pulpo'. Para Plané, este fenómeno responde a la moda del vintage, donde lo que importa no es tanto la escucha como el acto de poseer un objeto físico. "El vinilo mola tenerlo en la estantería", apunta, "pero mucha gente ni siquiera sabe cómo ponerlo a sonar".

Lo que empezó como una moda de coleccionistas nostálgicos ha trascendido, convirtiéndose en un fenómeno cultural global. Aunque las ventas de vinilos son ahora más altas que las de CDs en algunos países, no se puede ignorar que muchas de las nuevas generaciones, que no han vivido la era dorada del vinilo, se han sumado a la compra del formato sin tener en cuenta los aspectos prácticos de su uso.

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Discos de vinilo colgados en una pared en el pub Brewhouse de Cardiff

"Hoy en día, todos los artistas, incluso los más pequeños, sienten que les falta algo en su carrera si no sacan algún vinilo", afirma Plané, quien recuerda sus años como DJ en los que el vinilo era esencial para las sesiones en discotecas. Para Plané, el vinilo representa mucho más que un soporte físico; es una experiencia, un ritual que empieza con el sonido característico de la aguja al rozar el disco y el olor a nuevo que emana de cada carátula.

las personas que más compran vinilos

Aunque la mayoría de los compradores de vinilos probablemente no los usen para escuchar música, el vinilo ha logrado capturar la esencia de la experiencia musical de antaño. A diferencia de las plataformas de streaming que ofrecen una accesibilidad inmediata y una cantidad infinita de música, el vinilo exige un esfuerzo físico y mental: sacar el disco de la funda, ponerlo en el plato y colocar la aguja con cuidado.

En palabras de Plané, "la música se tiene que oler y tocar". Este ritual, tan alejado de la inmediatez digital, sigue siendo atractivo para muchos, incluso si no planean escuchar cada disco que compran. 

      
             
      

En la actualidad, muchos artistas y sellos discográficos han capitalizado esta tendencia lanzando ediciones limitadas en vinilo, lo que ha generado una especie de mercado paralelo de coleccionistas y "estantes decorativos".

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Hombre tocando un disco de vinilo

La paradoja es clara: el vinilo se ha convertido en un artículo de lujo para los fanáticos de la música, pero no siempre se le da el uso para el que fue creado. Jorge Plané reflexiona sobre este fenómeno y lanza una recomendación: "Si alguno de los que nos escucha nunca ha experimentado el vinilo, que se compre un giradiscos económico y se lo pase en grande". No es solo una cuestión de nostalgia, sino de redescubrir una forma de escuchar música que, para muchos, sigue siendo insustituible.

La moda de los vinilos

El vinilo ha vuelto, pero con un nuevo público que valora tanto su estética como su cultura. Lo que falta es que muchos de esos compradores también aprendan a disfrutar de su verdadero propósito: hacer sonar música en casa, al igual que lo hacían en las discotecas de antaño.

      
             
      

En un mundo lleno de streaming y dispositivos portátiles, el vinilo parece más una declaración de intenciones que una necesidad práctica. Pero, como bien dice Plané, "hay algo en el vinilo que las máquinas nunca podrán replicar: la humanidad".