Quieren separar a Desiderio y María Soledad tras 60 años juntos y así trata de evitarlo su hijo: "Es lo único que pido"

La historia de Desiderio y María Soledad, una pareja que ha compartido casi 60 años de vida juntos, ha capturado la atención y el corazón de muchos. A medida que sus cuerpos y mentes han ido deteriorándose debido a la demencia y el Alzheimer, su hijo, José, se enfrenta a un dilema desgarrador: la posibilidad de que sus padres sean separados en sus últimos años de vida. Este relato no solo destaca el amor perdurable de la pareja, sino también las injusticias que pueden surgir en el sistema de atención a personas mayores.

Desiderio, de 84 años, y María Soledad, de 79, son un ejemplo de un amor que ha resistido la prueba del tiempo. Aunque sus memorias se desvanecen, su conexión emocional sigue siendo fuerte. José, su hijo, comparte que, a pesar de que sus padres no recuerdan cómo se llaman, aún son capaces de reconocer el cariño que se tienen el uno al otro. Este vínculo es su ancla en la confusión provocada por sus enfermedades.

A medida que sus necesidades aumentan, José se ha convertido en su principal cuidador, dedicando todo su tiempo a garantizar que su padre y su madre estén cómodos y bien atendidos. Sin embargo, esta tarea se ha vuelto cada vez más complicada. Con el estado de salud de sus padres deteriorándose, José se enfrenta a la dura realidad de que necesitan atención profesional.

José ha estado buscando una residencia adecuada donde Desiderio y María puedan vivir juntos. Su único requisito es que puedan estar juntos, algo que debería ser fundamental para cualquier pareja que ha compartido su vida durante tanto tiempo. Sin embargo, la burocracia del sistema les ha puesto obstáculos insuperables.

Quieren separar a Desiderio y María Soledad

Las evaluaciones de dependencia han determinado que Desiderio tiene un grado dos y María un grado uno. Este detalle, aparentemente insignificante, podría resultar en su separación, ya que las normas actuales en Extremadura obligan a que las personas sean valoradas y atendidas por separado, a pesar de ser un matrimonio que ha estado unido durante seis décadas. José se siente impotente ante esta situación y ha compartido su angustia públicamente, buscando apoyo para que se revise este sistema que, en su opinión, es injusto e inhumano.

La historia de José, Desiderio y María ha resonado en las redes sociales, y José ha utilizado plataformas como Change.org para solicitar firmas que apoyen su causa. Hasta ahora, ha recogido más de 65,000 firmas, y la respuesta ha sido abrumadora. La viralización de su historia ha hecho que muchos se sientan identificados con su lucha, y ha empezado a llamar la atención de las autoridades locales.

José no solo busca una solución para sus padres, sino que también quiere que otros en situaciones similares tengan la oportunidad de pasar sus últimos años junto a sus seres queridos. Su esfuerzo es un reflejo de la realidad que enfrentan muchas familias en España, donde el sistema de atención a mayores puede dejar mucho que desear.

La situación de Desiderio y María Soledad es un claro ejemplo de cómo las leyes pueden afectar a las personas de manera desproporcionada. La norma que prohíbe que las personas con grado uno de dependencia accedan a residencias públicas es un tema que José quiere cambiar. Él es consciente de que hay personas que necesitan atención más urgente, pero también entiende que esto no debería significar que su madre tenga que ser separada de su padre.

Así trata de evitarlo su hijo

La comunidad ha comenzado a escuchar la historia de esta pareja y, con ella, la de miles de ancianos que, en su vejez, son empujados a vivir en soledad. El esfuerzo de José es un recordatorio poderoso de que, aunque las circunstancias puedan ser difíciles, la lucha por el amor y la dignidad nunca debe cesar.

La lucha de José continúa, y con el apoyo de la comunidad, hay esperanza de que Desiderio y María Soledad puedan pasar juntos sus últimos años, como lo han hecho durante toda su vida. Al final del día, todos merecemos un lugar donde podamos sentirnos seguros y amados, especialmente en los momentos más vulnerables de nuestras vidas.