Ve una caja en un contenedor paseando por un barrio de Madrid y su decisión descubre un secreto: "En Chamberí"

Alberto García iba paseando por la capital de España en el año 1997, guardó durante un tiempo lo que encontró y con el tiempo ha alcanzado un gran valor

José Manuel Nieto

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En una época en la que todo parece efímero, hay gestos que trascienden el momento. En 1997, un joven estudiante de fotografía llamado Alberto García caminaba por las calles del madrileño barrio de Chamberí cuando un detalle aparentemente insignificante cambió su vida y, de paso, rescató una parte olvidada de la historia reciente de España.

Aquel día, Alberto encontró una caja de cartón abierta sobre un contenedor de obra. De su interior sobresalían negativos fotográficos en blanco y negro, algunos deteriorados, otros en perfecto estado. “Me acerqué porque me llamó la atención, tenía sensibilidad por la imagen. Al verlos de cerca pensé: esto son fotos para el DNI”, recuerda en una entrevista en el programa Poniendo las Calles, de COPE.

Un archivo olvidado en pleno Chamberí  

Lo que había descubierto no era una colección de retratos cualquiera. Eran fotos de carné, tomadas entre 1966 y 1983, la mayoría de ellas con la intención de ser usadas para el Documento Nacional de Identidad, en estudios profesionales de la época. Las imágenes, aunque sencillas, tenían una carga simbólica y documental incalculable.

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Autobús acelera en la calle Almagro del distrito de Chamberí, en el centro de Madrid.

Se notaba que eran fotos oficiales: fondo neutro, peinados cuidados, rostro serio. Era como si las personas supieran que esa imagen iba a representarles oficialmente”, explica Alberto. Sin pensarlo dos veces, decidió llevarse el material a casa. “Vi que tenía un valor documental tremendo. Al principio solo los guardé, pero con el tiempo empecé a catalogarlos junto a Paco Gómez”, añade.

Gracias a esa labor de conservación y análisis, años después nacería el libro Documento Nacional 1966-1983, una obra publicada por la editorial Fragua Ediciones que recoge alrededor de 200 retratos seleccionados del hallazgo, acompañados de textos y reflexiones sobre la identidad y la memoria colectiva. Puedes consultar más sobre este proyecto en su web oficial.

De la basura al patrimonio visual  

Lo extraordinario de este hallazgo no es solo su valor visual, sino su capacidad para construir un retrato social de una época: los últimos años del franquismo, la Transición y los primeros años de la democracia. Un periodo marcado por grandes cambios, pero donde la estética de lo cotidiano aún estaba impregnada por la solemnidad del blanco y negro.

Es un retrato de España. De cómo vestíamos, cómo nos mostrábamos ante la cámara. Nadie pensó entonces que esas imágenes tuvieran valor artístico o histórico, pero ahora nos permiten asomarnos a una época”, relata el autor. Lo que para otros fue basura, para Alberto se convirtió en testimonio visual de una generación que ahora queda inmortalizada.

En un contexto en el que el DNI digital ya está disponible a través de una app, y donde nuestra identidad se representa en píxeles, resulta revelador mirar atrás y ver cómo generaciones anteriores depositaban su ser en un solo retrato, serio y preciso, que les acompañaría durante años.

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Antiguo edificio residencial de lujo con fachada de ladrillo en el distrito de Chamberí, en el centro de Madrid.

La historia de Alberto García nos recuerda que, a veces, el pasado nos espera en los lugares más insospechados. Y que un simple paseo por Madrid, si se mira con atención, puede ser el comienzo de un legado.