Un almirante español desvela las penurias que viven tras el terremoto de Turquía y Siria: "De pasta especial"

La devastación que han sufrido en Turquía y Siria ha sido una de las mayores tragedias humanas que se recuerdan en nuestros días. Son miles de muertos, heridos y desaparecidos los que se han producido desde que pasado lunes 6 de febrero varios terremotos hicieran que muchas casas temblaran hasta derrumbarse. Las imágenes que nos llegan son desoladoras porque se ve la fragilidad de las personas cuando la naturaleza muestra su fuerza. En 'Poniendo las Calles' hemos hablado con el almirante Gonzalo Villar, que es el encargado de dirigir esta misión.

Y aunque las posibilidades de hallar supervivientes son ya muy escasas, los equipos de rescate internacionales siguen haciendo pequeños milagros que demuestran que la esperanza siempre nos debe acompañar. Por eso nos sentimos muy orgullosos de todos nuestros servicios de emergencia y rescate que han vuelto a demostrar la solidaridad y capacidad que tienen para enfrentarse a este tipo de tragedias.

Una vez más nuestro ejército se ha ofrecido y participado en las labores de ayuda que se están realizando en las zonas devastadas. Dos de los buques de la Infantería de Marina, que estaban realizando maniobras en el ámbito de la OTAN, se han movilizado para prestar ayuda humanitaria, uno fue el buque insignia Juan Carlos I y el otro el Galicia, a los que se han unido la Fragata Blas de Lezo y el Buque de aprovisionamiento Cantabria, que han hecho escala para cargar suministros.

Describió cómo habían sido los días que llevan en Turquía trabajando."Aquí nosotros llegamos el día 8, antes de que pasaran 48 horas. Estamos en la ciudad de Alejandreta. Nos encontramos un auténtico caos, prácticamente sin ningún tipo de servicio con el servicio de emergencias turco desbordado. Nos dijeron: está todo tan mal que haced lo que podáis. Según pasan los días, los servicios empiezan a funcionar, hay distribución de alimentos... Ha mejorado la situación", apuntó.

Orgullo español

El contralmirante Gonzalo Villar dejó claro que "podemos estar muy orgullosos de ser el país que ha instalado el primer hospital de campaña". "En la misma línea, hemos sido el primer contingente en llegar, además de ser el más numeroso", apuntó. "Estábamos en la mar, habíamos salido el 16 de enero de Rota dentro de unos movimientos de la OTAN. Desde que recibimos la orden de desplazarnos, lo primero fue establecer conversaciones con las autoridades turcas para saber dónde podíamos ser más útiles, mientras manteníamos una conversación interna para conocer nuestros fuertes", repasó.

"Los primeros días olía a dolor, tristeza y desgracia, pero también a solidaridad", describió el contralmirante Villar: "Desde el primer momento, la gente desalojada pasó a estar alojada por los que mantuvieron sus hogares". Para el español en Turquía, "una de las partes más difíciles para nuestros infantes es convivir con ese dolor, tristeza y angustia durante los turnos de 12 horas. Aun así, están hechos de una pasta especial. Hablando con ellos, todos estaban deseando ayudar en lo que fuera", sentenció.

El contralmirante Gonzalo Villar aclaró que "nosotros no somos rescatadores, ahí entra un equipo de rescate". "El silencio es estremecedor para conocer si hay algún superviviente. Nuestros mozos de marina están para ayudar en esas situaciones", apuntó. En este sentido, "la esperanza es lo que ha mantenido los ejercicios de rescate vivos". "Se ha mantenido el trabajo mucho más allá de lo que es habitual. Se dio la orden de retirada el sábado y nos quedamos hasta el domingo. La esperanza de encontrar a personas vivas ya es casi inexistente, pero nuestra esperanza no va a caer en saco roto", finalizó.