La carne a la suegra: la sencilla receta que no le confiesas a la madre de tu pareja y la razón de su nombre
Alberto Valle, el chef de 'Poniendo las Calles', te cuenta el secreto que tiene la elaboración del plato con el que convencer a la persona con la que no sueles tener buena relación
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No son pocas las mujeres que confiesan no tener una relación demasiado fluida con sus suegras, algo que también pasa con los hombres y las madres de sus mujeres. Aunque en este caso, el mito habla más de que los yernos y los suegros se llevan peor. Por lo general, los problemas entre la pareja y la familia no están causados por un único factor, sino que se trata de una confluencia de situaciones que propician la tensa relación. Aunque es más bien una tradición que prácticamente se ha mantenido con el tiempo y hay que recalcar que hay excepciones.
Pero este viernes en 'Poniendo las Calles' no hablamos de esas relaciones, sino de un plato con carne que se ha ganado el nombre de la madre de tu pareja por una razón que, como cada semana, nos desvela nuestro chef, Alberto Valle. La carne a la suegra es una receta tradicional de Jaén que os traemos para daros una idea de cocina de cara al fin de semana si tenías intención de aprovechar el tiempo libre, ponerte el delantal y comer algo diferente a lo que sueles consumir el resto de los días en los que el trabajo y el resto de quehaceres te dejan poco margen.
Es una receta fácil y rápida que se prepara en unos cuarenta minutos y que podéis servir al centro como un picoteo para compartir o servir en cada plato como segundo, opción por la que ha optado Alberto Valle. El chef, además, te cuenta de dónde viene el nombre tan pintoresco de esta receta: "Se dice a la suegra porque, como lleva pique, pica como las palabras de la suegra. No de todas, claro que no". La guasa de los andaluces ha llevado a que se haya popularizado con este nombre. Pero lo más importante es que te chuparás los dedos sin importar cómo te llevas con la madre de tu pareja.
Ingredientes (Para cuatro personas)
Medio kilo de magro de cerdo
Una lata grande de tomate natural triturado
Seis dientes de ajo
Tres pimientos verdes
Guindilla
Una pizca de azúcar
Sal (al gusto)
Elaboración
"Lo primero que vamos a hacer es poner los ajos en una sartén con la guindilla", expone Alberto Valle. El pique, señala el cocinero, "al gusto del ponedor": "Si quieres que pique mucho, ya sabes lo que tienes que hacer. Si quieres que pique menos, también lo sabes". Vamos, que todo depende de poner más o menos guindilla.
El siguiente paso pasa porque "después de tres o cinco minutos, echamos la carne y lo sofreímos todo bien", apunta el chef. Eso sí, aquí hay una clave que debes de tener en cuenta: "habrá que freír la carne en varias tandas con un fuego potente". Ya que, "si lo haces todo junto, vas a cocer y eso no lo queremos". "Una vez frita, reservamos en un plato", concreta Alberto Valle.
"En la misma sartén, añadimos los pimientos cortados. Una vez fritos, los retiramos también", señala como siguiente paso. Sin retirar la sartén, "freímos el tomate para que pierda el agua". ¿Cómo hacerlo? "Lo dejaremos entre 10 y 15 minutos a fuego medio y con una tapadera para que no se te ponga la cocina llena de puntitos".
Para ir acabando, "pasado el tiempo, añadimos la carne, los pimientos, los ajos y lo mezclamos todo bien. Lo tapamos y que haga 'chup-chup' a fuego medio-bajo unos 30 minutos". Para presentarlo, Alberto Valle recomienda acompañarlo "con patatas fritas, arroz o una ensalada". "Y ya solo os va a tocar hacer palmas con las orejas", finaliza.