Nefofobia, un temor desconocido por el miedo irracional a la hora de ver nubes: "Preocupación por los cambios"
Mar Gómez explica en Poniendo las Calles esta curiosa fobia que sufren más personas de las que te puedes imaginar
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Todos tenemos fobias, ese temor, muchas veces irracional a algo o a alguna situación en particular. Hay muchas de ellas que son muy raras, tan poco común que igual nunca habías reparado en saber de su existencia, como esta que nos descubre Mar Gómez a la hora de ver nubes que, tal y como cuenta en Poniendo las Calles, se llama "nefofobia".
La mayoría de las fobias se inician en la infancia, adolescencia o edad adulta temprana, como destacan desde la Universidad de Navarra, y pueden ser causadas por una situación estresante, un acontecimiento traumático o también pueden ser imitadas de un familiar. Están a la mano de cualquiera.
El miedo, según la RAE, es aquella perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario. Esta sensación de ansiedad causada por nuestra anticipación de algún evento o experiencia imaginada es una reacción biológica de nuestro cuerpo ante un conjunto de señales que interpreta como temerosas.
De lo que no debemos tener miedo es de identificarlos, porque sólo cuando sabemos de dónde provienen es cuando podemos empezar a controlarlos. Con o sin ayuda de profesionales, ser conscientes de nuestros temores y encontrar la raíz de los mismos, es el primer paso para acabar con ellos.
Un temor desconocido
La aerofobia o miedo a volar es junto a la agorafobia, el sentimiento de ansiedad ante la posibilidad de no poder escapar de una multitud, y la claustrofobia, el terror a los espacios cerrados, las tres respuestas más repetidas por la población respecto a sus temores en un estudio de la marca Rescue.
Los españoles, según un estudio de la consultora RSM, vivimos en un estado de miedo moderado y nuestros tres miedos más personales son hablar en público, expresar sentimientos y emprender. En el top ten se cuelan además declarar amor, delegar a nivel empresarial o un divorcio.
El miedo es una emoción muy útil para escapar o evitar los peligros , sin embargo, también es una barrera que puede interponerse en el disfrute de una persona y en caso de que sea excesivo, puede llegar a bloquear y a impedir el transcurso de una vida normal. La respuesta, además, no la activamos voluntariamente de forma consciente.
Según su nivel, los miedos pueden ser normales o patológicos. Los primeros son aquellos que aparecen ante estímulos dañinos, tienen corta duración y no interfieren con la vida cotidiana. Los patológicos son los que se activan aunque no haya peligro y que pueden prolongarse indefinidamente en el tiempo.
"Preocupación por los cambios"
El cuerpo humano tiene una gran capacidad para adaptarse a diferentes condiciones de temperatura. Primero, desde un punto de vista fisiológico, con varios procesos como es la sudoración en verano o el tiritar o la piel de gallina en invierno. Pero, ¿y si te diera miedo uno de esos fenómenos meteorológicos?
"La nefofobia, es el miedo a las nubes, y se origina sobre todo en la preocupación por los cambios adversos en el tiempo", revela Mar Gómez en Poniendo las Calles. Muy relacionada con esta fobia está "la hidrofobia o miedo a la humedad": "Refleja una aversión en sensaciones asociadas con ambientes húmedos".