Teresa Helbig, en COPE Cool: "Los diseñadores no le hemos salvado la vida a nadie, hay que ser humildes"
La catalana ha reinterpretado el uniforme de Iberia para vestir a 6.500 empleados. Antes de presentarlo en la MBFW, nos recibe en su backstage
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La humildad de los grandes o la grandeza de los humildes es lo que encarna Teresa Helbig. "Pasito a pasito", la diseñadora catalana se ha convertido en un referente de la moda española dentro y fuera de nuestras fronteras. De sonrisa perenne y mirada amigable, Helbig surca las nubes con los pies en la tierra mientras atiende a 'COPE Cool' en su backstage de la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid.
Está a punto de presentar los uniformes que ha diseñado para Iberia, que vestirán en el mes de mayo 6.500 trabajadores de la aerolínea. Aunque no se da importancia, Helbig es la primera mujer en hacerlo, uniéndose así a grandes agujas como Manuel Pertegaz, Elio Berhanyer o Adolfo Domíngez, que también crearon los uniformes de la aerolínea.
Pregunta (P): Teniendo en cuenta que los uniformes están pensados para el trabajo, ¿qué ha hecho para combinar la comodidad con la estética de las prendas?
Respuesta (R): Han sido dos años de trabajo intenso. Nosotros lo que hicimos, al diseñar un uniforme, fue inspirarnos en la gente que lo iba a llevar. Por eso, pensamos que tenía que ser funcional, cómodo, pero sin perder de vista la moda. Los uniformes son atemporales y en ellos está muy presente la sastrería. Algo a favor que tenemos es que hacemos ropa para favorecer el cuerpo. Creo que todo eso da lugar a una combinación perfecta.
P: Si le digo la palabra avión, ¿qué se le viene a la cabeza?
R: Pienso en volar, en estar en las nubes, que era lo que me decían cuando era pequeña. Fíjate por dónde que hemos llegado a las nubes (risas).
P: Este viernes vimos vestidos de volantes en seda, toreras de cuero, pluma, cristales.... En la colección 1840 juega a mezclar las culturas de Inglaterra y de China. ¿Cree que es importante el mestizaje?
R: Por supuesto, el mestizaje es muy importante. En la colección combinamos dos estéticas muy distintas, pero que nos inspiran mucho. Por un lado destaca la excentricidad de los jardines británicos y por otro lado la pasión por la meticulosidad de China.
P: Teresa, su madre, es su mano derecha en el taller. Creo que lleva trabajando en el mundo de la moda desde los 14 años. ¿Cómo se refleja ella en sus diseños?
R: Teresa madre es el alma de Teresa Helbig. Nunca pensé que me dedicaría a hacer vestidos porque empecé como escaparatista y al final lo que he mamado y lo que he vivido siempre en casa ha sido la costura.
Teresa madre es la más meticulosa y perfeccionista de todos, o sea, la que le da la vuelta a los vestidos y siempre nos dice los detalles. Ahí está la excelencia, en las cosas que no se pueden ver a primera vista.
P: Si echa la vista atrás y piensa en ella, ¿qué es lo primero que se le viene a la cabeza?
R: Miro atrás y veo a mi madre hilvanando. La veo con la aguja, el dedal, guapísima... A veces yo la ayudaba, aunque seguro que lo hacía fatal, pero me gustaba intervenir.
P: He leído que uno de sus sueños era diseñar prendas que "cambiaran la vida de las mujeres que las llevasen". ¿Cómo puede una prenda cambiarle la vida a una mujer?
R: Estoy convencida de que es una armadura que nos empodera y que nos hace sentir que podemos con todo. Diría que nos hace sentir poderosas.
P: Halle Berry, Saoirse Ronan, Amaia, Macarena Gómez o la Reina Letizia han llevado diseños suyos. ¿Qué caracteriza a la mujer que viste?
R: Es una mujer que no quiere pasar desapercibida y que se manifiesta tal cual es.
P: En noviembre presentó sus diseños en Los Ángeles y hay quien la llama la estilista de las celebrities. Para una firma familiar como la suya, ¿qué se siente cuando ve en las alfombras rojas sus diseños con los de gigantes como Chanel o Armani?
R: Me emociona que la gente valore y entienda nuestro trabajo. Es alucinante. Aparte, en EE.UU. hay mucha cultura, más que de marca, de cosas especiales. Valoran mucho la experiencia y la artesanía. En España, además, somos de tradición artesana, por eso creo que no la podemos perder.
P: Generalmente, cuando uno alcanza el éxito, todo son felicitaciones, pero el camino suele ser intrincado. ¿Cómo ha sido el suyo?
R: Son 25 años de trabajo. Cada pasito, porque nosotros somos muy de pasitos, lo hemos vivido como un premio. Cada cosa ha sido un éxito. Jamás en la vida, cuando empezamos esta aventura, pensamos que nos sucederían estas cosas. Es que no pensamos ni que desfilaríamos. Era el día a día lo que nos hacía continuar. Y seguimos con la misma pasión. Es que no te puedes relajar. Si sientes esto, tienes que estar ahí al pie del cañón.
P: Si le pidieran consejo, ¿qué le diría a los diseñadores emergentes que tratan de hacerse camino?
R: Lo más importante es la constancia. Creo que es fundamental no perder la constancia y las ganas, que lo que hagas te llene y te guste porque luego piensas que no es trabajo, sino que estás haciendo algo que te emociona.
Creo, además, que en moda y en la vida en general es muy importante ser humilde. Es que, además, no le hemos salvado la vida a nadie. No se puede perder la humildad.
P: En un escenario de alerta medioambiental como el actual, ¿cree que a la industria de la moda le toca hacer autocrítica para que los clientes puedan comprar mejor?
R: Claro que hay que hacer autocrítica. No necesitamos ni siete mil vestidos ni siete mil camisetas. Creo que los vestidos te van a acompañar toda la vida y que es mejor quedarse con uno, con dos o con tres, pero que te acompañen. Además, es una maravilla cuando pasan de una generación a otra. Nunca hemos tenido en mente la moda rápida.